Luego que un estudio in vitro de expertos australianos lograra con la ivermectina -un antiparasitario de amplio uso en ganadería que también se aplica para humanos- eliminar el coronavirus en 48 horas , un consorcio de científicos argentinos busca que se llegue a probar para pacientes con la enfermedad.
Así lo contó a La Nación Carlos Lanusse, un médico veterinario que hace más de 25 años viene trabajando sobre las propiedades de la ivermectina. Lanusse es director del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (Civetan), de la Universidad Nacional del Centro y el Conicet, investigador superior de este último organismo y director del Laboratorio de Farmacología de la casa de estudios en Tandil.
Recibió numerosos reconocimientos internacionales. En rigor, el año pasado en los Estados Unidos fue galardonado por la Asociación Americana de Parasitología Veterinaria con el máximo galardón científico en la materia: Distinguished Research Award. Ya había sido premiado con otro reconocimiento también por esa institución en 1991. El año pasado se lo distinguió por sus investigaciones que desde la medicina veterinaria pasaron a la humana, por ejemplo las vinculadas con la ivermectina.
En ese momento, cuando fue reconocido estaba participando de un Congreso Mundial de Parasitología Veterinaria donde entre los asistentes estaba el biólogo irlandés William Campbell, premio Nobel en Medicina en 2015 y uno de los responsables del descubrimiento de la ivermectina en la década del setenta.
En la producción ganadera a la ivermectina se la usa para el control de parásitos gastrointestinales, pulmonares y también, por ejemplo, para el control de la garrapata. Su aparición fue revolucionaria. Entre otros tantas aplicaciones, para humanos se la aplicó para el control de oncocercosis en países africanos (ceguera del río), pediculosis, dengue, por ejemplo.
El viernes pasado se conoció que un estudio del Biomedicine Discovery Institute (BDI) de la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia), con el Peter Doherty Institute of Infection and Immunity (Doherty Institute), en cultivos celulares logró con la ivermectina matar al coronavirus en 48 horas.
“Es un momento de mucha desesperación y hay que ser cautelosos con las expectativas”, alertó Lanusse a La Nación, que explicó que desde hace unos años está muy en boga trabajar sobre el “reposicionamiento” de fármacos viejos para nuevos usos. “Es tan caro desarrollar y aprobar nuevas moléculas que se empezó a buscar ya aprobadas”, indicó. En este punto, por ejemplo, se encuadra la ivermectina como antiviral.
Según Lanusse, tras el desarrollo de los expertos australianos, el paso siguiente ahora es demostrar que en pacientes infectados con el virus con la ivermectina se puede inhibir la replicación viral como se logró in vitro.
En este contexto, según explicó, hay que encontrar la dosis adecuada para donde se encuentre el virus, sea en el tracto respiratorio, pulmones, pueda tener el efecto antiviral buscado.
“El gran desafío es encontrar ahora una dosis, una cantidad de droga”, remarcó el experto del Civetan.
Hay un consorcio multidisciplinario con investigadores -del Conicet- que trabajan en el Civetan, la Fundación Mundo Sano y la Universidad de Salta que se encuentran detrás de la aprobación para trabajar en esa línea.
“Estamos buscando la aprobación de las instituciones que correspondan para que esto se pueda realizar”, dijo Lanusse sobre este consorcio.
“Hay que ser cautelosos, precavidos, pero lo bueno de todo esto es que hay mucho conocimiento sobre la farmacología de la droga”, apuntó. El otro punto clave es que ya está habilitada para humanos para los otros usos y no se requiere hacer todo un largo proceso de aprobación. Por ello en humanos habría que trabajar en la dosis.
“Nunca vamos a tener una respuesta como en in vitro, pero siendo una droga segura que ya se usa tiene una ventaja. Hay que trabajarlo”, acotó. “Estamos pensando (la prueba) para los estadios iniciales del proceso de infección”, precisó.
Fuente: La Nación | Por: Fernando Bertello