Las gramíneas, tanto perennes como anuales se han convertido en uno de los principales problemas de malezas en el norte de Santa Fe, donde el Sorgo de Alepo (Sorghum halepense (L.) Pers) cobró importancia debido a los costos que demanda para su control. Se trata de una maleza perenne, que puede reproducirse por semillas y rizomas. La facilidad de adaptación a diferentes ambientes y su biología, lo hacen un buen competidor sobre otras especies. Este informe da cuenta de los resultados de un ensayo a campos para determinar la sensibilidad de la especie a distintos herbicidas.
Las gramíneas, tanto perennes como anuales se han convertido en uno de los principales problemas de malezas en el norte de Santa Fe, donde el Sorgo de Alepo (Sorghum halepense (L.) Pers) ha tomado mayor importancia agrícola por los costos que demanda para su control. Se trata de una maleza perenne, que puede reproducirse por semillas y rizomas. La facilidad de adaptación a diferentes ambientes y su biología, lo hacen un buen competidor sobre otras especies. Sobre todo, su alta fecundidad y la latencia de sus semillas, que pueden permanecer más tiempo en el banco de semillas del suelo, sumado a la baja temperatura base de sus yemas (6,2°C) y que no requiere elevada humedad edáfica para propiciar la generación de vástagos aéreos (Leguizamón, 1986). En alta infestación ocasiona pérdidas totales de rendimientos en los principales cultivos (Ghersa et al., 1985,1993; Ghersa y Martínez-Ghersa, 1991).
En Argentina, los primeros biotipos de Sorgo de Alepo resistentes a Glifosato (SARG) fueron denunciados en 2005 y 10 años después se sumaron las denuncias de biotipos con resistencia a Haloxifop y Glifosato+Haloxifop (resistencia múltiple). En 2008 se determinaron biotipos en lotes de los departamentos San Gerónimo, Las Colonias, San Justo, Vera y General Obligado, insensibles a las aplicaciones de dosis normales de glifosato. En 2011 mediante evaluaciones en laboratorio se confirmó la presencia de biotipos resistentes presentes en la zona mencionada (Dellaferrera et al., 2011). Se dio una diseminación territorial muy importante de los SARG, alcanzando una infestación del 22% de la superficie agrícola, siendo la quinta especie problema con más extensión territorial en Argentina detrás de Amaranthus sp., Eleusine indica, Chloris sp. y Echinochloa sp., de un total de 27 casos denunciados con resistencia a Herbicidas (HEAP, 2019).
Cuando se busca solución para los sistemas agrícolas con presencia de esta maleza resistente a glifosato, se observa que los mejores controles se obtienen con graminicidas sistémicos postemergentes (Fop´s y Dim´s) y con residuales que inhiben la enzima ALS (Acetolactato sintetasa) representados principalmente por las familias químicas de Imidazolinonas y Sulfonilureas, todos estos para el control de plantas originadas de rizomas y semillas (Gonzalez, 2017; Metzler & Ahumada, 2014; Ustarroz, 2013). Esto demuestra las pocas alternativas en cuanto a modos de acción para el manejo de biotipos resistentes y conlleva a un empleo casi exclusivo de graminicidas por parte de los agricultores. Otra alternativa son las labores culturales y/o mecánicas, no siempre compatibles con sistemas de producción bajo siembra directa, salvo aquellas herramientas de acción vertical sin remoción o inversión de la capa superficial de suelo, además de impedir la dispersión de los rizomas del sorgo de Alepo, tanto en sistemas intensivos como extensivos.
Es recomendable evaluar opciones de manejo que combinen alternativas tanto químicas como mecánicas, a su vez, dentro de las químicas elegir criteriosamente los herbicidas para prevenir o
demorar la aparición de resistencias múltiples. También es importante considerar los momentos oportunos para la aplicación y evaluar la actividad de la maleza para que la misma sea efectiva.
Metodología
De acuerdo a lo mencionado anteriormente y a comentarios de productores y técnicos zonales sobre posibles escapes o dificultades para controlar Sorgo de Alepo con herbicidas inhibidores de la enzima ALS, se decidió llevar a cabo un ensayo a campo para determinar la sensibilidad actual de la especie a distintos herbicidas. El ensayo comenzó con las primeras emergencias de Sorgo de Alepo perenne, donde se realizaron 3 escenarios mecánicos: A- Sin labranza; B- Cuchillas verticales planas a 0,52 cm de distancia; C- Paratil de campo. Sobre estos se aplicaron diferentes tratamientos químicos, los cuales fueron: T= Testigo químico; G+C= Glifosato+Cletodim y I+I= Imazapir+Imazapic, (Dosis recomendada por el fabricante), cuando la maleza presentaba un activo crecimiento, una altura de 50-70 cm y el suelo en capacidad de campo. El control se evaluó mediante estimaciones visuales (Tabla 1) a los 20 y 35 días después de la aplicación (DDA) con el porcentaje de materia seca (MS) aérea. Cada tratamiento contó con 3 repeticiones y todos estuvieron aleatorizados.
Resultados y discusión
En la Figura 1 se puede apreciar en el escenario “Sin tratamiento mecánico”, que a partir de los 20 DDA G+C presentaba un control igual o mayor al 90%, siendo estos resultados similares a los reportados en San Gerónimo Norte, provincia de Santa Fe (Metzler, 2014), a diferencia de I+I que no presentó rebrotes, pero su control no superó el 75% a los 35 DDA. Por otra parte, los escenarios con intervención mecánica (B y C) mostraron controles eficientes a los 35 DDA, todos cercanos o iguales al 100%. Para el caso de la MS, los tratamientos químicos fueron similares entre ellos dentro de cada manejo mecánico, con una disminución de biomasa aérea respecto del testigo en 65, 83 y 100%, para los escenarios A, B y C, respectivamente. La implementación del paratil, se diferenció de los demás escenarios por mejorar la eficiencia del tratamiento químico G+C que alcanzó los 35 DDA sin presencia de rebrotes.
Como conclusión de este ensayo comparativo, se vio en la misma población de Sorgo de Alepo variación en la sensibilidad a los herbicidas. Para el caso de los inhibidores de la enzima ALS, el empleo temprano de una labranza vertical que altere la biomasa de los rizomas, mejora el control haciendo más eficiente la acción del herbicida. Lo mismo ocurrió con glifosato+cletodim sobre la labor del paratil, que a los 35 DDA la maleza presentaba un excelente control sin presencia de rebrotes. Muchas veces, el manejo químico se vuelve rutinario y no se consideran aspectos biológicos de las malezas, como tampoco se tiene en cuenta la implementación de programas de manejo que incluyan otras alternativas de control. Para consolidar un manejo acorde y eficiente de malezas, se deben incluir todas las alternativas de manejo, esto implica una actitud proactiva y un conocimiento de la situación particular de cada lote, y muchas veces salir del modelo productivo basado en una alta dependencia de un número reducido de herbicida.
Fuente: INTA por Pablo Conrado Menapace
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