Control de leucosis bovina: primer proyecto que financia FONTAGRO en salud animal

La plataforma de control para la leucosis bovina, cuya convocatoria FONTAGRO fue presentada y adjudicada, nuclea el consorcio de países de la región que trabajan en la propuesta que tiene como meta controlar esta enfermedad.

En este sentido, en el mes de noviembre se reunieron en el INTA Castelar con la presencia de autoridades institucionales, expertos y funcionarios de organismos de Argentina, Panamá, Uruguay, República Dominicana, Costa Rica y Colombia. Ver nota

El foco fue puesto en el estado del arte para la validación de información circulante en leucosis bovina y de este modo poder iniciar la generación de estrategias de control de esta enfermedad silenciosa, responsable de cuantiosas pérdidas económicas e impacto en el comercio internacional.  La propuesta tiene la particularidad de ser el primer proyecto que financia FONTAGRO (Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria). Ala propuesta regional posibilita financiar a cada país que integre el proyecto.

Karina Trono, directora del Instituto de Virología del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas lidera por INTA  el proyecto que se encuentra actualmente en la etapa llamada “semilla”. La iniciativa surgió junto al IDIAP Panamá. En esta temática el INTA es pionero ya que es, también, la primera vez que un proyecto va a trabajar en propuestas de control regional de la enfermedad considerada un flagelo silencioso.

La propuesta consistirá en un trabajo conjunto a largo plazo. Más de 400.000 productores de ganado bovino en América latina y el Caribe serán los beneficiarios de los avances y estrategias efectivas. Del mismo modo los productores de material genético, los consultores profesionales, los comercializadores, las autoridades sanitarias, y los receptores de animales en pie o productos genéticos serán beneficiarios indirectos.

El enemigo silencioso

La leucosis es una enfermedad viral que afecta a los bovinos, especialmente a los lecheros, lecheros, ocasionando tumores fatales (linfosarcomas) en el 10% de los animales que infecta. Es decir, los mata después de un período de incubación. A nivel mundial está globalmente distribuida. En todo el continente americano y en los países que producen mucha leche hay altos niveles de infección. Particularmente, en Argentina sabemos que casi el 100% de los rodeos está infectado, con un alto nivel de infección individual que supera ampliamente el 30%.

En las zonas de alto nivel industrial y las cuencas de las provincias de Santa Fe y Córdoba, el porcentaje de animales infectados con este virus, asciende a valores de alrededor del 100%.

La presencia de Leucosis Viral Bovina BLV es asintomática en el 90% de los casos, transcurriendo de un modo silencioso y con impacto poco registrado o valorizado en términos de pérdidas productiva. Sin embargo, se pierden US$ 5000.-  por cada vaca muerta por linfosarcoma. A esto se le debe sumar un impacto indirecto porque los bovinos que están infectados no se pueden vender, sobre todo a países de la región y del Mercosur, perdiendo así mercados y obstaculizando el comercio.

En busca de la vacuna

El INTA desde hace muchos años estudia esta enfermedad y conoce bien su comportamiento.  “Nuestro grupo de trabajo del INTA Castelar, en colaboración con la Estación Experimental de Rafaela, estamos desarrollando una vacuna en base a un virus vivo modificado atenuado, que genera una infección que no se transmite, pero que permite proteger contra la cepa de campo”, explica Trono.

La vacuna lleva más de 10 años de desarrollo y un proceso lento por dos razones: la primera porque hay que usarla en el contexto real productivo y esta es una enfermedad lenta -por lo tanto- la herramienta de control es lenta. Y la segunda razón es que al ser un virus que está modificado genéticamente, tiene una restricción regulatoria que obligó a ir paso a paso, de una manera muy cautelosa y controlada estrictamente por la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA) y por SENASA. “En este momento estamos en el cuarto ensayo, que ya nos permite pensar en una rápida desregulación y en la producción de un prototipo para avanzar hacia un piloto”, señala Karina Trono.

La vacuna que se está desarrollando en el INTA busca reducir los niveles de prevalencia en forma gradual. “A medida que usamos la cepa modificada, la cepa de campo no se contagia al rodeo libre, entonces cada vez tenemos más población de individuos que se quedan sin infectar con la cepa de campo, a medida que sacamos la cepa atenuada del rodeo”, cuenta la investigadora.

Como conclusión, en un período completo de reposición -de alrededor de 4 a 5 años, dependiendo del nivel de reposición de cada establecimiento- la infección de campo sería eliminada y quedaría con un rodeo libre.

Desde 2008 el INTA tiene en marcha el desarrollo de un sistema profiláctico utilizando una cepa viral atenuada en colaboración con la Universidad de Liege (Bélgica), con el fin de encontrar una alternativa de control aplicable a nuestro contexto productivo, con un concepto similar a la variolización o premunición. Infectar y proteger, una estrategia antigua para infecciones persistentes, como la leucosis bovina enzoÓtica.

Desde 2015, y después de 7 años de ensayos preliminares, la cepa que ha demostrado ser segura y competente para provocar una respuesta protectiva, se encuentra a prueba en el tambo de la Estación Experimental de INTA en Rafaela, con hembras vacunadas durante la recría y que han resistido a la infección natural durante más de 3 años, sin evidencia de trasmisión a la leche o a sus terneros.

“Con los resultados finales previstos para 2020, avanzamos hacia un camino en el control de este flagelo”, remarca Karina Trono.

Un ensayo piloto ampliado permitirá, próximamente, iniciar los trámites de registro comercial para brindar al productor una solución efectiva, con la primera vacuna argentina contra leucosis.

 

Fuente: INTA por Ana María Mate, Vanesa Loielo, Lucrecia Pacilio, Cristian Daniel Jesús Asoli

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