La sequía golpea fuerte a la producción de soja y maíz en Argentina y dispara precios de los granos

La peor sequía en décadas está golpeando a los campos de los agricultores de Argentina, lo que ha disparado por las nubes los precios de los granos y ha forzado a Bunge y otras grandes firmas a reducir su producción de alimento animal derivado de oleaginosas.

Sequía – Tordillo -Bs. As. – Foto de Mariana Ríos Mármol

La sequía en Argentina, el tercer mayor exportador mundial de soja y maíz, no ha puesto fin al escenario de sobreoferta global que llegó como consecuencia de años de enormes cosechas impulsadas por clima favorable y por cultivos diseñados genéticamente.

Pero en combinación con otros episodios de clima seco que amenazan a los cultivos en los Grandes Llanos de Estados Unidos y en Sudáfrica, las pérdidas en Argentina están erosionando las reservas globales y empujando a los compradores de todo el mundo a acelerar sus compras.

Los agricultores del Medio Oeste estadounidense están saliendo a vender granos que han mantenido almacenados durante meses en función de aprovechar la escalada de precios que se disparó en medio de los problemas climáticos de Argentina.

“Nunca se le desea una sequía a otro país pero a veces eso es lo que hace falta”, dijo Rob Schaffer, un productor de soja y maíz de Illinois que está acelerando sus ventas para aprovechar las alzas de precios en Estados Unidos.“Básicamente ha sido un regalo”, ilustró.

A miles de kilómetros de distancia, en la localidad argentina de Chivilcoy, el agricultor Bernardo Romano tiene el punto de vista opuesto. Sus plantas de soja y maíz miden cerca de la mitad de su estatura normal debido a la sequía que está afectando a gran parte del corazón agrícola del país.

“Esto va a afectar muchísimo a la economía regional”, dijo.

En la temporada 2017/18, las lluvias alcanzaron apenas un cuarto de su nivel normal en Chivilcoy, lo que ya ha golpeado irreversiblemente los rendimientos de sus cultivos, dijo Romano.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, en las últimas 24 horas cayeron lluvias ligeras en gran parte de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito agrícola de Argentina.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó 3 millones de toneladas de su pronóstico de cosecha de soja el jueves, a 44 millones de toneladas, lo que implica una reducción de cerca del 24 por ciento desde la temporada anterior.

MOMENTO JUSTO

Tales pérdidas impactan alrededor del mundo porque Argentina es también el principal proveedor internacional de harina de soja -que es usada para alimentar ganado- y aceite de soja.

Los precios de los contratos a futuro de la harina de soja y de los porotos de soja en Estados Unidos alcanzaron el viernes su nivel más alto desde el verano de 2016, mientras que los futuros del maíz registraron su máximo de ocho meses.

La escalada llega en el momento justo para los agricultores estadounidenses. Mientras los productores en la región maicera del Medio Oeste se preparan para la siembra de primavera, deben pagar los alquileres de las tierras. Y también los insumos como fertilizantes y semillas, cuyos precios han permanecido altos.

Agricultores de ese país y operadores se están beneficiando por una mayor demanda de exportación, ya que los compradores están cerrando negocios fuera de Argentina.

En las últimas siete semanas, los exportadores de Estados Unidos vendieron casi 12,5 millones de toneladas de maíz, el mayor caudal de ventas en 23 años, según datos del Departamento de Agricultura estadounidense.

Empresas que compran, venden y procesan granos, como Archer Daniels Midland Co, Bunge Ltd y Cargill Inc, se han beneficiado también por los altos márgenes.

El viernes, los márgenes de ganancia estimados en Estados Unidos para procesar soja en harina y aceite superaron los 1,60 dólares por bushel en el mercado de Chicago, un nivel que solo se había visto una vez en el pasado, hace cuatro años.

Los márgenes también han mejorado en Brasil y en Europa, lo que permitió a los procesadores globales asegurarse las ganancias.

GANADORES Y PERDEDORES

En Argentina, los productores agrícolas han ralentizado sus ventas de soja, y las plantas de molienda operadas por compañías como Bunge han reducido sus operaciones, de acuerdo con un gerente de una importante procesadora internacional de soja. Una portavoz de Bunge declinó realizar comentarios.

Se prevé que Argentina, que el año pasado exportó el 48 por ciento de los embarques totales de harina de soja a nivel global, incremente sus importaciones de soja del vecino Paraguay para compensar la menor oferta local, dijo el gerente, que habló bajo condición de anonimato.

En otras regiones también hay problemas. Sudáfrica, un exportador de maíz, ha declarado un desastre nacional por la sequía, mientras que condiciones secas también están amenazando zonas trigueras en la región central de Estados Unidos.

El daño en los cultivos deja a los mercados de granos más vulnerables a oscilaciones de precios generadas por amenazas climáticas durante la campaña agrícola del verano boreal en Estados Unidos, de acuerdo con operadores.

“Buena parte del colchón de granos que el mundo tenía se ha perdido”, dijo Cargill a Reuters. (Reporte de Tom Polansek y Michael Hirtzer en Chicago y Maximiliano Rizzi en Chivilcoy, Argentina, Reporte adicional de Karl Plume en Chicago, Editado en Español por Manuel Farías)