Mercados: ¿qué hacer tras las PASO y el USDA de septiembre?

Resumen de la presentación del Cr. Mg. Guido Dichiara (Amauta/FyO) en la Jornada de Actualización en Soja del INTA Marcos Juárez.

A partir del  año 2018, cuestiones relacionado a las políticas de estado de las dos potencias mas grandes a nivel mundial le agregaron un nuevo condimento al mercado de soja. La guerra comercial entre China y Estados Unidos sigue sin hallar solución, y como resultado produce un impacto negativo en los mercados internacionales, del cual la soja puede considerarse uno de los mayores perjudicados. Cabe destacar, que como en toda disputa, terceros pueden llegar a beneficiarse. Además, la gripe porcina afectando la producción de cerdos en China, le agrega una nueva variable al mercado. A continuación desarrollaremos los puntos más relevantes para el mercado de soja y lo que puede deparar para la próxima campaña.

El factor de mayor peso en el mercado de soja sigue radicado en la demanda China. El mayor importador de soja a nivel mundial ha comenzado a reducir sus compras de oleaginosa, por diferentes motivos, y eso trajo aparejado una notable caída en los precios.

La primera situación impactando en las importaciones de China fue la guerra comercial a comienzos del 2018. La disputa por la balanza comercial entre ambos países puso en jaque la relación, lo que llevo a una guerra arancelaria, que lejos de finalizar, se sigue profundizando. En lo que respecta a soja, los aranceles aplicados a las importaciones norteamericanas por parte de China fueron originalmente del 25%, lo que se tradujo a una fuerte caída de precios en Chicago. Con las subsecuentes idas y venidas en las negociaciones, en el mes de agosto se anunciaron nuevos aumentos arancelarios a la soja norteamericana de un 5% extra a partir del 1 de septiembre, al no alcanzar un acuerdo.

La originación de China, por cuestiones diplomáticas y económicas, se direccionó a Sudamérica, con Brasil como el mayor ganador en esta guerra comercial. Las primas de exportación provocaron una mejora en los precios internacionales para exportadores tantos argentinos como brasileros, lo que compensó en forma parcial la caída de precios en Chicago.

Más allá de la guerra comercial, los datos de importaciones de soja en China comenzaron a mostrar una reducción y esto viene relacionado a la gripe porcina. La enfermedad mortal para los cerdos afecta al mayor productor y consumidor de cerdos a nivel mundial. Al momento no se halló cura, y los efectos que está teniendo y como impactará en el futuro, cuestión que todavía están por verse.

La versión oficial del estado asiático habla de una caída en la producción de cerdos de 20%, tras el sacrificio de animales infectados. Bancos privados y consultoras, ubican esa cifra en porcentajes más altos, los cuales rondan entre el 30 y 50%, los más pesimistas. La situación comienza a tener un impacto en el mercado de carnes a nivel internacional, teniendo en consideración que China produce y consume la mitad de cerdos a nivel mundial. El mayor consumidor se vuelca a originar carnes mediante la importación, en un mercado limitado dado el volumen que necesita para su consumo interno. A causa de ello, se incrementa el precio de carnes a nivel internacional, no solo porcina.

Las importaciones de soja por parte de China sufrieron una fuerte caída en el primer semestre del año. China recortó su estimación de importaciones de soja, lo mismo hizo el USDA. Las estimaciones varían dependiendo del organismo, pero rondan en una merma de 10 millones de toneladas, lo que supera el 10% del máximo consumido por el gigante asiático. De esta manera, se desacelera la demanda del mayor jugador a nivel mundial de la demanda.

Dejando de lado la demanda, nos enfocaremos en la oferta, tomando en consideración las 3 regiones más importantes: Brasil, Argentina y Estados Unidos. Comencemos con el país norteamericano. Estados Unidos acarrea niveles altos de stocks, tras una campaña favorable en su producción pasada y pleno auge de la guerra comercial con China. Esto genera un stock inicial a comienzo de campaña de 30 millones de toneladas, muy por encima de años atrás. La molienda comenzó a tomar mayor participación, aprovechando la caída de precios de la oleaginosa. Sin embargo, no pudo suplir el sobrante por la demanda China. Para la campaña en curso, se registraron inconvenientes en la siembra. La demora a causa de clima húmedo provocó condiciones adversas en el estado de los cultivos. Frente a esta situación, el USDA fue revisando a la baja las estimaciones productivas para la campaña en desarrollo. Nos encontramos en este momento a la espera de una producción cercana a las 100 millones de toneladas.

Brasil fue el gran ganador de la disputa entre ambas potencias, sacando provecho a la producción favorable y el acompañamiento de precios, dada la demanda de China por soja brasilera. Pensando en la campaña próxima, estiman un incremento del 2% en el área intencionada para la próxima campaña a 36,7 mill.has. Al momento las condiciones secas en los principales estados productores generan una demora, la cual  podría derivar en una potencial pérdida productiva.

En lo referido a nuestro país, la cosecha del 2019 logró revertir la producción de la anterior, afectada por la seca. Las condiciones favorables durante el desarrollo de los cultivos generó  un resultado de 55 millones de toneladas de soja. Los precios parecen no tentar a los productores, identificando aún un gran volumen de mercadería a negociar sin precio firma.

En días recientes se ha dado a conocer la noticia del acuerdo bilateral entre nuestro país y China, mediante el cual se habilita la exportación de harina de soja luego de 20 años. El acuerdo podría darle a las fábricas un mejor margen, muy magro hasta entonces, lo cual podría mejorar el precio al productor. Debemos tener en cuenta que China no es un gran importador de harina de soja, en cambio sí de poroto, dada su amplia capacidad de molienda. Un acuerdo similar fue realizado entre China y Rusia días atrás. Las nuevas alianzas China podrían darle una mejor posición a la hora de negociar con Estados Unidos, por lo que tenemos cautela con el efecto que podría tener en nuestro país.

De cara a la próxima campaña, la incertidumbre es alta para este mercado. Internacionalmente por las cuestiones citadas en párrafos anteriores. A nivel local, las cuestiones vienen dada por aspectos más políticos que productivos. Bajo este panorama, comienza el productor a considerar un reperfilamiento para la campaña gruesa 2019/20, si es que aún están a tiempo. El escenario no muestra ninguna certeza con el tipo de cambio y derechos de exportación. Muchos son los rumores que se generan, inyectándole al mercado una volatilidad de precios que dificulta la operatoria diaria. Lo cierto es que vemos un mercado pesado, al cual le cuesta recuperar valores visto en la campaña pasada.

 

Fuente: INTA por Guido Dichiara

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