La revolución tecnológica no solo está comenzando a sustituir al ser humano en las actividades secundarias y terciarias, sino también en ámbitos básicos de la economía como la agricultura, donde con el uso de drones para fumigar se puede reducir el número de jornaleros y prevenir la pérdida de cultivos entre 19 y 12 por ciento.
Con la implementación de nuevas tecnologías, los modelos de negocio están cambiando, pues según la empresa Manpower la cuarta revolución industrial no solo impacta a la industria manufacturera, sino otras actividades humanas, una de ellas es el campo, donde empresas como Agrodrone busca sustituir el uso de avionetas o tractores con drones en las tareas de fumigación.
Una de las características de los nuevos modelos de negocio es hacer más con menos. Un ejemplo de ello es el uso de ese tipo de artefactos que de acuerdo con el director general de Agrodrone, Cristhian Engemann, reduce los costos para los productores agrícolas.
En entrevista abundó que necesita menos insumos como agua, así como menos personas dedicadas a la fumigación. Ejemplificó que si se usan cuadrillas de alrededor de cuatro jornaleros para fumigar, con el uso de un dron, este se reduce a dos personas, una de ellas
Resaltó que los peligros para los jornaleros se reducen, ya que en muchas ocasiones las persona que son contratadas para hacer las fumigaciones no cuentan con la capacitación suficiente para maniobrar sustancias tóxicas para el ser humano, además de tener que cargar una mochila que pesa alrededor de 40 kilogramos y utilizar equipo especializado.
Pero con la utilización de este tipo de equipo en cultivos de México no solo se prevé disminuir riesgos para la salud de los trabajadores, sino también el tiempo para hacerlo, ya que estos aparatos tardan en fumigar una hectárea en alrededor de 20 minutos, contra una hora hombre si lo hiciera una escuadrilla. El directivo resaltó que en un solo día pueden fumigar 20 hectáreas.
Agregó que la idea es que los productores empleen en otras actividades a sus trabajadores, para agilizar el proceso.
Engemann comentó que si se aplica bien el plan diseñado por cultivo, es decir, fumigar mediante el uso de drones, se puede reducir la pérdida de cultivos, que en promedio es de 25 por ciento por cosecha, para que esta cifra oscile entre 19 y 12 por ciento.
Pero estos drones no solo son usados para la fumigación, pues también sirven para mapear y verificar la salud de los cultivos, es decir, procesan la información, tal como menciona el informe Revolución de habilidades de Manpower sobre la transformación de la infraestructura física y de activos por medio de la tecnología.