Tres personas se encuentran imputadas de formar parte de una organización dedicada a la sustracción de vacunos en nuestra región y el centro de la provincia de Buenos Aires.
Unos 50 mil pesos por semana recaudaba por la venta de la carne, una banda desarticulada días atrás y acusada de sustraer ganado en campos de nuestra región y el centro de la provincia de Buenos Aires.
Tras una serie de nueve allanamientos simultáneos realizados la semana pasada en Bahía Blanca y Villa General Arias, fueron detenidos el bahiense Horacio Ariel Menéndez y el pigüense Nelson Horacio Cabral.
Eduardo Damián López, también oriundo de Pigüé y sindicado como el presunto líder de la organización, se encontraba privado de la libertad desde mayo, cuando fue interceptado durante un operativo.
Todos ellos se negaron a declarar ante el fiscal Rodolfo De Lucia, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 20.
Fuentes oficiales señalaron que los acusados actuaban mediante distintas modalidades: sustracciones en cascos de campos en ausencia de sus dueños, matanza y robo de vacunos en lotes, así como planificaban asaltar camiones jaula en tránsito para apoderarse de la hacienda.
También indicaron que el análisis de las escuchas telefónicas llevadas adelante por la policía durante tres meses, permitió conocer cómo era la operatoria de los individuos.
Explicaron que a veces despostaban los animales en los campos, y como sello distintivo les cortaban las orejas y las escondían entre los árboles. También solían cortar las patas de los vacunos en las primeras falanges y las dejaban juntas en un lugar.
Sobre el destino de la carne, los investigadores determinaron que era vendida a dos carniceros de nuestra ciudad y a un particular de Punta Alta.
En este sentido, explicaron que uno de los comercios bahienses, ubicado en Pedro Pico al 1600, había dejado de funcionar tras el arresto de López.
Mencionaron que la otra carnicería, situada en la zona del barrio Stella Maris, “compraba carne del circuito normal y cada tanto recibía 2 o 3 animales de estos cuatreros, quienes también vendían la carne cuando viajaban a Olavarría y Tandil”.
Describieron que en el mercado negro el valor de un vacuno faenado ronda los 18 mil pesos.
“Hacía más de 15 años que venían cometiendo robos de ganado y agroquímicos, piratería (del asfalto) y otros delitos”, afirmó un vocero allegado al caso.
Personal del Departamento de Casos Especiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires investigaba a los detenidos y otros sospechosos desde febrero, cuando revisaron residuos descartados por López y hallaron la tarjeta de uno de los teléfonos celulares prepagos con los que se comunicaba con el resto de los miembros de la presunta banda.
“Recién en ese momento se pudieron judicializar las actuaciones. López cambiaba el celular todas las semanas”, expresó el informante.
Las zonas
Según los investigadores, el presunto líder del grupo habría comenzado a actuar en campos de Pigüé, aunque posteriormente se trasladó a las zonas rurales de Azul, Olavarría y Tandil.
También estaría involucrado junto con otro individuo por sustracciones de animales en establecimientos de Bajo Hondo, Coronel Dorrego y Tres Arroyos.
Para consumar los robos se movilizaban en una camioneta y un auto que fueron secuestrados por la policía.
A partir de las escuchas se determinó también la sustracción de ganado en Tornquist, aunque, según indicó la fuente, esos casos no fueron denunciados por los damnificados.
Finalmente trascendió que cuando los hechos eran consumados en otros sitios de la provincia, los acusados actuaban con apoyo local, que se encargaba de las tareas de inteligencia.
La luna y un robo frustrado
De acuerdo con la investigación, la actividad desplegada por la banda tenía particularidades. Una de ellas es que la mayoría de los hechos se producía en noches de luna llena. La elección tenía que ver con la luminosidad que en esos días proporciona el satélite terrestre para poder llevar a cabo el robo de ganado en los campos.
También se indicó que algunas de las personas investigadas estuvieron vinculadas a un hecho ocurrido en 2018, en un establecimiento rural de Laprida, cuando intentaron sustraer 15 mil litros de agroquímicos.
Allegados a la causa mencionaron que al escapar del sitio el vehículo en el que transportaban la carga se “encajó”, por lo que “los autores del hecho tuvieron que dejar el producto en el lugar. En esa ocasión trataron de escapar en una (Fiat) Fiorino y se detuvo a dos de ellos, de la zona de Olavarría, pero el tercero, que aparentemente sería López, logró escapar”.
“No se pudo certificar que la banda robaba a mano armada, aunque las tenía y de hecho en los procedimientos se secuestraron más de 15 armas de fuego cortas y largas”, agregaron.
Fuente: lanueva.com