Trigo en mínimos históricos en Santiago del Estero: menos área sembrada, pero rindes aceptables

La campaña de trigo 2025 cerró en Santiago del Estero con la menor superficie implantada desde que hay registros de la BCCBA. A pesar del fuerte recorte de área y del estrés hídrico durante el ciclo, los rendimientos promedio resultaron mejores de lo esperado y se ubicaron cerca de los valores del último año.

La cosecha de trigo finalizó en diciembre en Santiago del Estero con un dato contundente: la superficie implantada fue la más baja desde el inicio de los registros de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA). El cultivo comenzó la campaña con un área 33% inferior a la del ciclo anterior y 37% por debajo del promedio histórico, reflejando el impacto de la falta de humedad al momento de la siembra.

A lo largo del ciclo, el trigo atravesó distintos episodios de estrés hídrico que afectaron de manera desigual a los lotes. En algunas zonas, la sequía provocó pérdidas parciales o totales del cultivo, mientras que en otras el cereal logró transitar el ciclo con mejores condiciones. En este contexto, el rendimiento promedio provincial se proyectó en 21 quintales por hectárea, un valor 13% superior al promedio histórico y apenas 1% por debajo del obtenido en la campaña 2024/25.

Los mejores resultados se relevaron en el noreste provincial, con rindes de hasta 30 qq/ha en Sachayoj y 28 qq/ha en Colonia Alpina. En contraste, en zonas como El Palomar, Quimilí y Pampa Pozo se registraron rendimientos inferiores a los 10 qq/ha, consecuencia directa de la sequía que afectó de manera severa a esos lotes.


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En términos de producción total, el balance fue negativo tanto en la comparación interanual como frente a los promedios históricos. El departamento General Taboada concentró el mayor volumen de producción, con 161.400 toneladas, mientras que en el centro-sur y oeste de la provincia —Río Hondo, Guasayán y Choya— la cosecha no superó las 1.000 toneladas.

De cara a la próxima campaña, los técnicos esperan una recuperación parcial del área triguera, siempre que las condiciones de humedad acompañen. La escasa disponibilidad de agua en el perfil del suelo al inicio del ciclo fue uno de los factores determinantes que condicionó la decisión de siembra en esta campaña.

En paralelo, el garbanzo mostró un desempeño destacado. La cosecha concluyó en noviembre con una superficie sembrada de 49.000 hectáreas, un 10% inferior a la del ciclo 2024/25, aunque muy por encima del promedio histórico, prácticamente duplicándolo. Los rendimientos promedio alcanzaron los 15,6 qq/ha, un 54% más que en la campaña anterior y 24% por encima del promedio histórico, lo que derivó en una producción sobresaliente para el cultivo.

En cuanto al contexto climático, los registros del satélite GPM indicaron que las lluvias se ubicaron cerca del promedio histórico en los departamentos del sudeste provincial, con excepción de Belgrano, donde incluso lograron superarlo. En el resto de Santiago del Estero, las precipitaciones se mantuvieron por debajo de los valores medios, explicando en gran medida la caída del área triguera y la variabilidad de los rendimientos observados.

Fuente: Bolsa Cereales de Córdoba

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