La Unión Europea pierde peso histórico en el comercio exterior argentino, pero el acuerdo Mercosur-UE promete revertir la caída
La participación de la Unión Europea en el comercio exterior argentino cayó a mínimos en más de tres décadas: menos del 10% de las exportaciones tienen hoy como destino al bloque europeo. Sin embargo, el inminente acuerdo Mercosur-UE abre un nuevo escenario de oportunidades para el agro, la industria y las inversiones, con impactos directos en sectores clave como soja, carnes, lácteos y biocombustibles.
El vínculo comercial entre la Argentina y la Unión Europea (UE) atraviesa uno de sus momentos más bajos en más de 35 años. Entre enero y octubre de 2025, sólo el 9,8% de las exportaciones argentinas se dirigieron a los 27 países del bloque, alcanzando el menor nivel de participación desde que existen registros comparables. La tendencia también se replica en las importaciones: el 13,7% de las compras externas provino de la UE, el segundo registro más bajo en tres décadas y media.
La composición de las ventas externas argentinas hacia Europa continúa fuertemente concentrada: el 85% corresponde a productos agroindustriales, principalmente del complejo soja. La harina y los pellets de soja, históricamente la estrella exportadora hacia la UE, muestran una reducción sostenida. De representar más del 50% del total exportado a comienzos de siglo, hoy su peso cayó por debajo del 30%, en un contexto de menores precios internacionales y de una demanda europea estabilizada por debajo de los 8 millones de toneladas anuales.

Otro factor crítico en la pérdida de participación europea es el derrumbe del biodiesel argentino en ese mercado. Mientras que entre 2012 y 2022 las exportaciones promediaron 1,1 millones de toneladas anuales (más de US$ 1.000 millones por año), desde 2023 el volumen apenas supera las 400.000 toneladas. En los primeros diez meses de 2025 sólo se enviaron 240.000 toneladas, por un valor de US$ 284 millones. Este retroceso contribuye a que Argentina registre la mayor caída en producción de biodiesel del mundo en los últimos ocho años.
Te puede interesar
- Pronóstico de lluvias hasta el 8 de diciembre
30 años de agro argentino: qué revelan los ciclos de expansión, estancamiento y volatilidad
La Niña no afloja: confirman que seguirá activa hasta enero y será corta pero persistente
En medio de las inundaciones, un municipio busca aprobar un aumento récord en la tasa rural
- Reforma laboral “inminente”: fuerte apoyo de los trabajadores rurales y un pedido de modernización urgente
- Actualizan los salarios rurales y se prepara una nueva paritaria para fin de año
Un acuerdo clave para reactivar el intercambio
En este escenario de declive, el acuerdo Mercosur–Unión Europea, que podría firmarse antes de fin de año, aparece como un punto de inflexión. Los análisis preliminares señalan que su implementación tendría un impacto significativo sobre el complejo soja argentino, además de generar reducciones arancelarias y nuevas cuotas de exportación para carnes, lácteos, cereales, arroz, miel, ajo y otros productos estratégicos.

Para la provincia de Santa Fe, núcleo agroindustrial del país, la apertura europea representaría una oportunidad de expansión directa, mientras que para el agro argentino en su conjunto significaría recuperar presencia en un mercado históricamente relevante.
Europa: menos comercio, pero más inversiones
A pesar del retroceso comercial, la UE sigue siendo un actor decisivo en la economía argentina: casi el 40% de la Inversión Extranjera Directa (IED) proviene del bloque. Al 31 de marzo de 2025, la Unión Europea concentraba el 39,8% de la IED acumulada en el país, con España, Francia y Alemania como principales inversores. La eventual entrada en vigor del acuerdo podría potenciar aún más los flujos de capital hacia sectores productivos y proyectos estratégicos.
Desafíos y tensiones por resolver
Si bien los beneficios del tratado son claros, subsisten tensiones. Entre ellas, la propuesta europea de aplicar salvaguardias agrícolas, que podría acotar el acceso de productos del Mercosur. No obstante, tras más de 25 años de negociación, expertos coinciden en que se trata de una oportunidad única para revitalizar el intercambio y consolidar una de las áreas de libre comercio más grandes del mundo.

Para Argentina, su concreción podría marcar el inicio de una etapa de mayor integración internacional y, sobre todo, permitir recuperar el terreno perdido en el mercado europeo.
Fuente: Guido D’Angelo – Emilce Terré BCR









































