Desde el INTA San Pedro –Buenos Aires– destacan las ventajas económicas y ambientales de triturar y compostar los residuos vegetales de estos cultivos para aprovechar sus nutrientes. Una alternativa sostenible con resultados comprobados.
Con el objetivo de transformar y reutilizar los desperdicios que se descartan en los invernaderos, técnicos del INTA proponen chipear y compostar los rastrojos de cultivo de tomate y pimiento para nutrir el suelo. Se trata de una alternativa sostenible con ventajas económicas y ambientales.
De acuerdo con Mariel Mitidieri –especialista en horticultura periurbana y responsable de la clínica de plantas del INTA San Pedro–, “los rastrojos de estos cultivos pueden actuar como biofumigantes, al tiempo que se aprovecha la materia orgánica y los nutrientes que se invirtieron para llevar adelante el cultivo, luego de que finaliza la cosecha”.
Basada en esto, propone chipearlos o triturarlos a fin de facilitar su compostaje para, luego, incorporarlos a los suelos y aprovechar sus nutrientes. En este punto, Mitidieri destacó la importancia de incluir la técnica de biosolarización.
Así, mediante la energía solar, se combate la presencia de plagas y enfermedades presentes en los rastrojos. “Esto es necesario para evitar que este material sea fuente de inóculo de plagas y enfermedades para futuros cultivos”, detalló,
En cuanto a la eficiencia de la técnica, Mitidieri confirmó que “los resultados son muy buenos en cuanto al aporte de nutrientes fundamentales para el suelo y el crecimiento de las plantas, , además de los beneficios ambientales y económicos que esto representa”.
Esta alternativa resuelve una problemática muy usual en las producciones hortícolas relacionada con el manejo de los residuos. “Los cultivos de tomate y pimiento, como otros, generan residuos que suelen ser dejados en las inmediaciones de los invernaderos por los productores, con un alto riesgo de contaminación por insectos, plagas y enfermedades a las nuevas producciones del predio”, detalló Mitidieri.
Asimismo, reconoció que, también, hay quienes optan por quemarlos o desecharlos en las quintas. “Ninguna de estas alternativas es válida, si se tiene en cuenta el alto impacto ambiental de estas técnicas”, sentenció.
Carbono y Nitrógeno: cómo lograr la combinación ideal
Si bien el compostaje de los rastrojos presenta numerosas ventajas nutricionales y ambientales, Mitidieri aconsejó ser muy cuidadosos en cuanto a la combinación de estos a fin de lograr un justo equilibrio en la presencia de Carbono y Nitrógeno.
Para ser más específica, detalló: “Si bien los residuos son ricos en Carbono y muy beneficiosos para mantener la calidad del suelo, pueden frenar el crecimiento de las plantas por requerir Nitrógeno para su descomposición”. Y aseguró: “Es clave considerar una fórmula de balanceo cuando se usan diferentes fuentes de residuos orgánicos”.
Por su parte, Pablo Gauna –nematólogo del INTA Bella Vista, Corrientes– se refirió a las pautas a tener en cuenta para calcular una formula eficiente en las enmiendas con nitrógeno y carbono.
“En todos los casos de formulación de enmiendas es importante mantener una relación de 30 a 1 de Carbono sobre Nitrógeno”, subrayó el especialista quien aclaró que, si bien es ideal el análisis en laboratorios, se puede calcular mediante tablas estándar disponibles, de acuerdo al objetivo de la enmienda.
Fuente: INTA