Soja 2025/26: arranca con perfiles cargados de agua, entusiasmo y nuevas tecnologías en la región núcleo

Soja 2025/26: arranca con perfiles cargados de agua, entusiasmo y nuevas tecnologías en la región núcleo

La siembra de soja 2025/26 comienza con un escenario muy distinto al de los últimos años: el 95% de la región núcleo presenta reservas hídricas adecuadas a abundantes, lo que genera entusiasmo entre los productores y alienta una mayor inversión tecnológica.

Tras cuatro campañas marcadas por la falta de agua, este inicio se perfila con un cambio de paradigma: de las estrategias defensivas se pasa a una ofensiva productiva, con foco en semillas de última generación y un control más eficiente de malezas.

En total, se prevé implantar 3,2 millones de hectáreas de soja de primera, unas 200 mil menos que en 2024 debido a la alta ocupación de superficie con cultivos invernales y maíz temprano. Los primeros lotes comenzarán a sembrarse en los próximos días y el ritmo generalizado se consolidará hacia fines de noviembre.

Clima y exceso de agua, la otra cara de la campaña

El panorama positivo convive con dificultades. Las lluvias constantes y los excesos hídricos retrasan labores en áreas clave de la región núcleo, especialmente en torno a Junín, Chacabuco y Rojas, donde los campos no logran secar entre tormentas semanales. En varios casos, hasta el 50% de la superficie destinada a maíz temprano deberá reprogramarse a fechas tardías.

El consultor Elorriaga advirtió que un sistema de baja presión podría sumar nuevos chaparrones y tormentas en el corto plazo, complicando aún más los barbechos para soja que esperan una ventana de estabilidad.

Maíz y trigo: avances con ajustes tecnológicos

El maíz temprano ya cubre el 90% del área proyectada (1,66 M ha), aunque con retrasos y contratiempos por caminos anegados. Este año se generalizó el uso de fertilización dividida para mejorar la eficiencia en la absorción de nutrientes, una práctica clave frente al exceso de agua.

En tanto, el trigo transita su etapa crítica con el 85% del área entre excelente y muy buena condición, y rindes proyectados por encima de 40 qq/ha en varias zonas. La fertilización también muestra un salto tecnológico: en promedio se aplicaron 250 kg/ha de urea y 120 a 130 kg/ha de fósforo.


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Si bien la presión de enfermedades como roya amarilla y mancha fue alta, los fungicidas respondieron bien. El riesgo a futuro pasa por la fusariosis, que dependerá de las condiciones climáticas en el llenado de grano.

Expectativas para la gruesa

Los técnicos destacan que el gran cambio de esta campaña es el retorno del agua al perfil. “Después de años mirando al cielo y sembrando con lo justo, ahora el desafío es manejar lotes demasiado húmedos”, resumen en Junín. Con perfiles cargados y la adopción de nuevas variedades, la soja arranca con la promesa de una campaña de alto potencial, aunque con el clima como principal factor a seguir de cerca.

Fuente: GEA BCR

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