Quiebra del frigorífico Anselmo: Tres Arroyos pierde un emblema y más de 100 empleos
El histórico frigorífico Anselmo, con más de 90 años de trayectoria en Tres Arroyos, presentó su pedido de quiebra en el Juzgado Civil y Comercial local y confirmó lo que se temía desde hace meses: el cierre definitivo de la planta, la pérdida de más de 100 puestos de trabajo y un fuerte golpe a la economía regional.
En la entrada de la fábrica, ubicada sobre la Ruta 228, solo quedaba silencio. Donde antes había camiones, proveedores y trabajadores entrando a sus turnos, este martes se veían apenas guardias de seguridad y algunos empleados buscando respuestas. “Nadie nos dice qué va a pasar con nosotros”, comentó un operario con más de dos décadas en la empresa.
Una caída anunciada
La crisis venía desde principios de año: sueldos en cuotas, retiros voluntarios impagos, cheques rechazados por más de $120 millones y producción en mínimos históricos. De las 3.000 cabezas que llegó a faenar por mes en su época de esplendor, apenas alcanzaba a 1.500. Con esa escala, los números nunca cerraron.
El Sindicato de la Carne acompañó el reclamo de los empleados y apuntó directo a la conducción empresaria: “El problema no es la gente ni el gremio, el problema es la administración, que fue un desastre”, lanzó su secretario general, Néstor García.
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De motor de desarrollo a símbolo de crisis
Fundado en 1930, Anselmo fue durante décadas un motor de la ciudad, con faena de bovinos, porcinos, ovinos y una planta de chacinados que lo convirtió en referencia provincial. Generaciones enteras de familias tresarroyenses pasaron por la empresa. “Mi padre trabajó acá, yo entré a los 18 y me voy con 52… era nuestra segunda casa”, se emocionó un operario despedido.
Pero en los últimos veinte años, el frigorífico cambió varias veces de dueños, acumuló conflictos y nunca logró recuperar competitividad.
Un golpe que trasciende a los trabajadores
El cierre impacta más allá de los 100 empleos directos: transportistas, proveedores de insumos, contratistas y comercios locales dependían de su actividad. “Cada vez que se apagaba la planta, lo sentíamos todos: desde el carnicero hasta el fletero. No es solo de los trabajadores, es de todo Tres Arroyos”, resumió un comerciante de la zona.
Qué viene ahora
El juez designará un síndico para administrar bienes, verificar deudas y atender los reclamos laborales. Aunque existe la posibilidad de que aparezca un inversor que continúe la actividad, por ahora no hay propuestas concretas.
En tanto, los trabajadores reclaman por salarios adeudados y la incertidumbre crece. “Nos prometieron proyectos y al final nos dejan en la calle. Nadie sabe qué va a pasar con nosotros”, expresó una empleada en asamblea.
La caída del frigorífico Anselmo es más que la quiebra de una empresa: es la pérdida de un pedazo de la identidad productiva de Tres Arroyos y un reflejo de la crisis que atraviesa la industria cárnica en todo el país.