Inundaciones en 9 de Julio: tambos cerrados, cosechas perdidas y pueblos aislados
El partido bonaerense de 9 de Julio atraviesa una de las peores crisis hídricas de los últimos años. En pocas horas, varias localidades rurales quedaron bajo el agua, con caminos intransitables, familias aisladas y graves pérdidas económicas para el sector productivo.
“La situación pasó de ser una inundación a transformarse en una zona de desastre y es realmente dramática”, advirtió Patricia Gorza, presidenta de la Federación Agraria de 9 de Julio, en declaraciones radiales.
Pueblos bajo agua
Las localidades de Facundo Quiroga, French y Morea se encuentran en estado crítico. Con ingresos de agua constantes, alteos de emergencia y bombas trabajando al límite, Defensa Civil debió montar centros de evacuación.
En Quiroga, incluso, hubo familias que solo pudieron ser rescatadas en helicóptero, debido al aislamiento total de la zona.
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Impacto social y económico
El problema trasciende lo productivo: hay dos escuelas rurales sin clases desde hace tres meses y caminos en los que ya no circulan ni las camionetas 4×4. El único transporte posible es el tractor o el caballo.
En lo económico, el escenario es devastador: la cosecha gruesa quedó perdida en los campos, la ganadería atraviesa serios problemas y varios tambos cerraron en las últimas semanas.
“El productor chico, con compromisos financieros, está muy complicado. Muchos van a quedar en el camino”, alertó Gorza.
Reclamos por falta de obras
Desde la Federación Agraria cuestionaron la falta de previsión y mantenimiento en la zona. Aunque la provincia prorrogó la emergencia agropecuaria hasta febrero, el decreto aún no fue homologado por Nación, lo que demora beneficios fiscales para los damnificados.
Con la experiencia de haber atravesado cuatro inundaciones, Gorza dejó un mensaje contundente:
“El agua no se va en dos meses; en 9 de Julio el impacto dura dos o tres años. Y, otra vez, los productores estamos solos, sosteniéndonos entre nosotros”.