En este artículo se menciona las características anatómicas para el reconocimiento de algunos ejemplos de hongos encontrados en las forestaciones de eucaliptos de la región de Entre Ríos.
GYMNOPILUS SPECTABILIS. Es muy común en las forestaciones de la zona. Crece en la base del tronco en solitario o más frecuentemente agregados y llama la atención por su color castaño amarillento y el tamaño del “sombrero” que puede llegar hasta los 16 cm de diámetro. Se lo conoce como el hongo de la risa, debido a que produce efectos alucinógenos al comerlo crudo. Tiene un sabor amargo que pierde al cocinarlo en agua o vinagre. Es muy popular en Uruguay donde se lo prepara con el plato nacional “chivito”.
LENTINUS SWARTZII. Es de los más comunes sobre madera en descomposición y por ello es mas frecuente verlo en montes que han sido talados. Su “sombrero” mide unos 5-6 cm de ancho, es de color castaño claro y tiene pequeñas escamas que lo hace áspero al tacto. No se conoce su valor culinario.
PYCNOPORUS SANGUINEUS. Se distingue fácilmente por su coloración rojiza, de allí su nombre, y se lo ve frecuentemente sobre ramas y tallos en descomposición, es decir ramas y troncos muertos. No tiene valor comestible.
RAMARIA FLAVO-BRUNNESCENS. No es un hongo típico de sombrero, mas bien parece un coral de mar o un coliflor y es de color amarillo fuerte que cambia según la edad. Se trata de un hongo micorrícico, es decir establece una asociación de beneficio mutuo con las raíces del eucalipto. En algunos países como México es consumido por las personas, en nuestra zona no se conoce su calidad culinaria, pero se sabe que produce intoxicación en el ganado vacuno y ovino. Los síntomas se manifiestan a los tres o cuatro días de la ingestión, hay salivación intensa (babeo), dificultad para ingerir alimentos y agua, adelgazamiento progresivo y dificultad para desplazase. Las principales lesiones son a nivel de boca, cola y patas, por eso se lo conoce como “BOCOPA” y también como “Mal de los eucaliptos”. La mortalidad de los bovinos puede llegar al 50% pero mejoran si se los retira de los montes. No hay tratamiento de cura, como medida de prevención evitar el ingreso de animales a montes de eucalipto durante el otoño, luego de verano seco seguido de intensas lluvias o en primavera, cuando se observa la presencia de Ramaria flavo-brunescens.
Buenas prácticas de recolectores. En España, a quienes los cosechan se los denomina “seteros” pues a los hongos se los conoce como setas, existen reglamentos de buenas prácticas de recolección que aseguran la persistencia y reproducción de los hongos en la zona. Por citar alguna, una de ellas, es colectar con canastas de mimbre, y no bolsas plásticas, pues así las esporas (son como “las semillas de los hongos”) caen al suelo y se regeneran en la zona.
Recomendaciones antes de ingerir un hongo
– Ingerir un hongo una vez que se esté seguro que sea comestible.
– Evitar ingerir hongos crudos. Siempre comerlos fritos o asados y preferentemente ejemplares jóvenes.
– Las pruebas caseras tales como hervir los hongos con una cuchara de plata o un clavo de cobre y observar su oscurecimiento son meramente folclóricas y no aseguran su comestibilidad.
¿Qué hacer en caso de intoxicación?
– Dirigirse inmediatamente a un centro de asistencia médica.
– Reservar ejemplares frescos que servirán para la identificación de la especie ingerida.
“Hongo que no has de conocer, déjalo crecer”
Fuente: INTA por Sergio Orlando Ramos, Martín Miguel Sanchez Acosta, Matías Salvador Martinez, María Fernanda Barios