🌊 Emergencia hídrica en una ciudad: campos bajo el agua
La emergencia hídrica en el partido de Bolívar alcanzó niveles críticos. Más de 1300 milímetros de lluvia cayeron en lo que va del año, superando ampliamente la media anual estimada entre 900 y 1000 mm. El resultado: miles de hectáreas agrícolas y ganaderas completamente anegadas, caminos rurales intransitables y una producción paralizada.
Desde el aire, el paisaje muestra una red interminable de lagunas sobre lo que hasta hace poco eran campos productivos. La napa freática está saturada y el invierno, lejos de ayudar, agrava la situación: el agua ni escurre ni se evapora.
La cosecha de trigo y cebada está prácticamente perdida. Y la incertidumbre crece de cara a la próxima siembra de soja y maíz. Si las lluvias de primavera —la estación más húmeda— se mantienen, directamente no se podrá sembrar.
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El impacto también golpea a la ganadería. En plena parición de terneros, muchos rodeos no logran encontrar terreno firme. Las vacas, si bien en buen estado, no pueden ser trasladadas por el mal estado de los caminos. La lechería enfrenta otra crisis: los tambos no pueden sacar la producción, lo que deja pérdidas económicas inmediatas.
El Municipio alertó que, además del exceso de lluvias locales, gran parte del agua llega desde otras zonas a través del arroyo Vallimanca, que canaliza el excedente de las Lagunas Encadenadas. Sin obras de infraestructura para contener o drenar, el agua se estanca y agrava los daños.
Se estima que entre 300 y 400 productores están directamente afectados, con sus tierras bajo agua, sin poder trabajar ni movilizar sus productos. Y lo peor puede estar por venir si no se actúa rápido: la primavera podría transformar la crisis en catástrofe.