Era contratista rural, hoy trabaja de albañil

La vida de un contratista rural se caracteriza por altibajos, y la historia de Omar Milla, originario de Coronel Du Graty provincia de Chaco, es un claro ejemplo de ello. Tras vender terrenos con el objetivo de adquirir una cosechadora de algodón, Milla se vio enfrentado a una situación inesperada que transformó su destino laboral.


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Omar decidió invertir todos sus ahorros en una máquina cosechadora John Deere usada, debilitando su economía personal. Con la aspiración de cosechar algodón en un extenso terreno, fue contactado por un ingeniero de Agropecuaria Balsuar 3 SRL, una empresa que prometía un futuro fructífero. La tarea: cosechar algodón en 20.000 hectáreas, un proyecto que parecía ofrecer potencialidades prometedoras.

A pesar de lograr una buena cosecha de más de 3.000 kilos por hectárea, las dificultades no tardaron en llegar. Milla se encontró enredado en un laberinto administrativo cuando fue a cobrar por su trabajo, encontrando un clima desfavorable en el mercado de la fibra de algodón. Después de varios intentos, se le ofrecieron cheques a largos plazos, lo cual agravó su situación financiera, resultando en una deuda de 6 millones de pesos.

Hoy, Omar debe trabajar como albañil para poder subsistir. Su historia es un reflejo de la dureza del sector agropecuario y los sacrificios que hacen los contratistas rurales, quienes, con esfuerzo y dedicación, enfrentan adversidades en busca de un futuro mejor.

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