Las expectativas para la campaña agropecuaria 2023/2024 han disminuido considerablemente. Las proyecciones iniciales situaban las exportaciones en u$s 35 mil millones, pero hoy se ubican alrededor de los u$s 29.123 millones, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Esta caída es atribuible a varios factores, incluyendo la reducción de precios internacionales y los daños por plagas.
Influencia de los precios internacionales y plagas
Las buenas proyecciones para la campaña estadounidense de soja empujaron los precios internacionales a la baja. A su vez, la cosecha argentina sufrió daños importantes debido a plagas como la chicharrita. La consultora Abeceb estima que estas situaciones han llevado a una caída en los precios de los principales commodities agrícolas de Argentina del 25%. Esto ha traducido en una pérdida superior a los u$s 5 mil millones en la campaña gruesa.
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Expectativas para el resto del año
A pesar de los buenos volúmenes de producción en cultivos como soja y maíz, el efecto en la balanza comercial ha sido menos favorable. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las ventas de granos gruesos han repuntado, con la soja alcanzando casi 20 millones de toneladas. Sin embargo, los ingresos en valor han sido de u$s 8.980 millones, compensados por el aumento en volumen pero afectados por la caída de precios.
Perspectivas futuras y desafíos
Para lo que resta del año, las menores expectativas de la demanda de China y la caída en la demanda de biodiesel presentan pocos incentivos para los precios internacionales. Además, el dólar exportador estable o a la baja y el sostenimiento de las retenciones en el plano local no indican grandes atractivos. La próxima campaña espera lluvias para ver mejoras en los precios, pero también enfrenta el desafío continuo de la chicharrita en el maíz y la necesidad de mayor inversión en fertilización, lo que podría reducir las exportaciones en u$s 1.000 millones.