Si bajaran las retenciones al 25%, ingresarían muchos más dólares a las arcas del estado
Propuesta de reducción de retenciones
En Argentina, las retenciones a las exportaciones agropecuarias, particularmente en el sector de la soja, han sido motivo de amplio debate. Actualmente, la alícuota aplicada a la soja y sus derivados es del 33%, lo que ha generado diversas reacciones tanto en el ámbito económico como en el político. Recientemente, se ha propuesto una reducción de esta alícuota al 25%, con la intención de incentivar la producción y exportación de este crucial commodity.
El informe presentado por Pablo Adreani argumenta que la reducción de retenciones podría tener beneficios netos para la economía argentina. Según Adreani, la disminución en la recaudación fiscal derivada de la reducción del 33% al 25% tendría un impacto limitado en las arcas del Estado. En contraposición, los beneficios económicos derivados del aumento en la producción y la exportación de soja podrían compensar y superar las pérdidas fiscales.
Uno de los puntos clave del informe se refiere al volumen de soja que se encuentra actualmente sin vender o sin precio determinado. Esta situación se debe, en parte, a la elevada carga tributaria que desalienta la comercialización de estos volúmenes. Con una reducción en la tasa de retención, se estima que un considerable volumen de soja podría ser finalmente vendido, generando ingresos significativos tanto para los productores como para el Estado a través de otros mecanismos tributarios.
La propuesta de reducción de retenciones al 25% busca no solo mejorar la competitividad del sector agroexportador argentino, sino también fomentar una mayor estabilidad económica mediante el incremento de divisas provenientes de las exportaciones. Esta medida, según los defensores de la propuesta, podría ser una estrategia efectiva para revitalizar un sector que es vital para la economía del país.
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Impacto económico de la reducción de retenciones
La reducción de las retenciones al 25% para la soja presenta un notable impacto económico, impulsado por diversos factores que se proyectan a partir de su implementación. De acuerdo con el informe realizado por Adreani, el principal motor de esta medida reside en el potencial ingreso de u$s 8.600 millones, que provendría de la venta de soja actualmente no vendida o sin precio fijo. Este incremento en las ventas impulsaría notoriamente el flujo de divisas en el país, especialmente en los meses críticos de septiembre a diciembre, cuando las liquidaciones agroexportadoras tienden a disminuir significativamente.
El informe de Adreani estima que, frente a este ingreso, el costo fiscal para el Estado se situaría en u$s 960 millones, un valor que, si bien no es despreciable, representa una fracción del beneficio neto proyectado. La implementación de esta medida podría convertirse en un pilar esencial para fortalecer la economía argentina, proporcionando una significativa inyección de divisas que beneficiaría tanto al sector agroexportador como al gobierno en términos de ingreso fiscal.
Cabe destacar que esta reducción en las retenciones no solo incentivaría a los productores a comercializar el stock existente de soja, sino que también podría dinamizar el mercado agrícola en su totalidad. Al incrementar los ingresos de los productores, se generaría un efecto multiplicador positivo en otras áreas económicas relacionadas con el agro, como la logística, la maquinaria agrícola y los servicios financieros.
En consecuencia, la medida de reducir las retenciones al 25% para la soja tiene el potencial de generar un impacto económico significativo, que se reflejaría en una mayor estabilidad económica y tal vez, en un escenario fiscal más equilibrado para el gobierno argentino. La combinación de mayores ingresos por exportaciones y el efecto positivo en la economía agrícola podría resultar en un círculo virtuoso para el país, especialmente en los momentos donde la entrada de divisas es crucial para mantener el equilibrio macroeconómico.
Impacto en la producción y exportación de soja
La reducción de las retenciones al 25% representa un cambio significativo para el sector agrícola argentino, especialmente en el cultivo de soja. En los últimos años, Argentina ha enfrentado una disminución considerable en la superficie de siembra de soja. De hecho, en la última década, se han perdido aproximadamente 3.9 millones de hectáreas dedicadas a este cultivo. Esta reducción ha tenido un efecto directo en la producción total de soja, así como en sus derivados, como el aceite y la harina de soja, impactando negativamente en las exportaciones y la molienda.
Las estadísticas muestran que la disminución de la producción de soja ha llevado a una caída en las exportaciones. La menor disponibilidad del grano, junto con la reducción en la capacidad de molienda, ha provocado una disminución en los ingresos por exportaciones de productos derivados de la soja. Esta reducción de la capacidad exportadora ha afectado no solo a la balanza comercial sino también a la cadena de valor asociada a la producción de soja, impactando a cientos de productores y a la economía rural en general.
La diversificación de la matriz productiva se presenta como una estrategia clave para mitigar estos impactos. Reintegrar la soja en regiones históricamente productoras como el NOA (Noroeste Argentino) y el NEA (Noreste Argentino) podría contribuir a estabilizar tanto la producción como las exportaciones. Estas áreas ofrecen condiciones agroecológicas favorables que, bajo un régimen de retenciones más benigno, podrían rendir beneficios significativos para el sector agrícola.
Al mismo tiempo, la adopción de técnicas agrícolas más avanzadas y la implementación de políticas públicas que promuevan la sustentabilidad y eficiencia en la producción, facilitarán una recuperación progresiva del sector. La agilidad en la respuesta a estas medidas permitirá a Argentina restablecer su posición como uno de los principales exportadores de soja a nivel mundial, brindando un impulso crucial a la economía del país.
Beneficios adicionales de la reducción de retenciones
La reducción de las retenciones al 25% en la soja promete una serie de beneficios que podrían transformar positivamente el complejo agroindustrial del país. Uno de los principales efectos sería la mejora y diversificación de la matriz productiva. Actualmente, la soja posee un peso dominante en la agroindustria argentina. Sin embargo, una menor retención podría incentivar a los productores a diversificar sus cultivos, reduciendo la dependencia del monocultivo y fomentando una producción más sostenible y resistente a las fluctuaciones del mercado.
Otro beneficio significativo es la estabilidad en el ingreso de divisas. La soja representa uno de los principales productos de exportación en Argentina. Al reducir las retenciones, se espera que los productores tengan un mayor incentivo para incrementar la producción y, por ende, las exportaciones de soja. De esta manera, se podría lograr un flujo constante de divisas que contribuya a la estabilidad económica general del país.
La diversificación del portafolio productivo también mitiga los riesgos asociados al cambio climático, ya que al no depender exclusivamente de un solo cultivo, los productores podrían enfrentar mejor las variaciones climáticas. Asimismo, el incremento en la producción de soja durante las próximas cosechas se proyecta como una consecuencia directa de este estímulo económico, aliciente necesario para revitalizar el sector.
Es crucial considerar el impacto sobre las economías regionales. Menores superficies dedicadas a la soja han tenido repercusiones en las economías locales, limitando su crecimiento. Según estudios, por cada millón de hectáreas adicionales de soja, se podrían generar importantes ingresos fiscales, dinamizando la economía nacional y beneficios tangibles para las comunidades dedicadas a la producción agrícola.
Adicionalmente, las proyecciones proporcionadas por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) indican un posible incremento significativo en la producción de soja para 2025, estimando un panorama de crecimiento y fortalecimiento continuo para la agroexportación argentina.