Momentos de sembrar pasturas

¿Porqué sembramos?, ¿Cuándo me hace falta pasto? Son dos preguntas que nos deberíamos hacer antes de arrancar con la preparación del lote y el pedido de semillas.

Sembramos pasturas porque nos hace falta pasto en algún momento determinado del año o todo el año. Respondernos estas preguntas nos ayudara a decidir cuál sería la mejor opción forrajera a sembrar en nuestro sistema ganadero.

Y la siguiente pregunta es ¿porque pasturas y no verdeos? Los verdeos brindan una producción intensa de forraje en un momento puntual del año, más invernal (verdeos de invierno) o estival (verdeos de verano). Sin embrago, tenemos el riesgo y costo todo los años de lograr una buena siembra e implantación, y además dejan el lote descubierto al finalizar su ciclo con grande peligro de enmalezamiento y posible erosión. Las pasturas, forrajeras perennes, son especies que se siembran y durarán 4 o 5 o más años, mantienen el suelo cubierto todo el año. Por esto, logran un mayor desarrollo radicular que facilita una más eficiente extracción de agua y nutrientes del EEA Cuenca del Salado suelo, y devuelven materia orgánica esencial para mantener la calidad del mismo. La producción de forraje presenta picos de producción en distintos momentos del año según la especie, pero podemos incrementar el crecimiento en alguna estación a través de una fertilización estratégica. En síntesis, la cadena forrajera necesita de una gran proporción de pasto todo el año que se sustenta en recursos perennes como campo natural junto con las pasturas cultivadas, y a estos recursos habrá que acompañar con verdeos en una menor proporción para los momentos puntales de baches forrajeros o fertilizaciones estratégicas anticipadas.

Volviendo a la siembra ¿Cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta para lograr la siembra de pasturas con éxito? Los más importantes a tener en cuenta son: – Elección de especie. La especie o mezcla se debe elegir según la necesidad de forraje en la cadena forrajera y el ambiente-relieve del lote (Figura 1). Hay más de una especie por ambiente con diferentes estacionalidad.

Figura 1: Oferta de especies forrajeras según el ambiente, relieve-suelo.

El cultivo monofítico facilita la siembra y manejo posterior. En las mezclas es recomendable no agregar más de 3 especies. Y NUNCA agregar verdeos a la mezcla, corremos el riesgo de que la rapidez de crecimiento de las especies anuales compita con agua luz y nutrientes a las especies perennes, determinando una pastura rala al primer año. – Elección y preparación del lote. Debe ser anticipada, para poder lograr un muy buen control de malezas, además de la acumulación de agua y mineralización de nutrientes. El control de malezas es un punto clave en la siembra de pasturas, dado que el control posterior suele ser muy costoso y poco eficiente. Se recomienda realizar labranza cero o mínima, dada la fragilidad de nuestros suelos que motivará la falta de piso posteriormente. – Sistema y tipo de siembra. Lo más adecuado es utilizar sembradora de directa en líneas a 17,5cm. Recomendando enterrar la semilla sólo 2 veces su tamaño (Figura 2).

– Calidad de semilla /densidad de siembra. Exigir semilla de calidad, realizar análisis de calidad, calcular la densidad de siembra según análisis de calidad o membrete (Figura 2). Cuidado con las semillas peleteadas (incrementan el peso unitario de la semilla) y por kilo es menor la cantidad de semilla viables, por lo que debemos incrementar la densidad de siembra (Figura 3).

Figura 3: Membrete de semilla de festuca con indicaciones de Pureza (rojo), Poder germinativo (marrón) y cantidad por bolsa de semilla y de semilla peleteada en kg (blanco).

– Época de siembra. Principio de marzo. Las plantas necesitan temperatura para crecer, por lo que un atraso en la fecha de siembra, implica demoras en el primer pastoreo y un menor aprovechamiento el año de implantación (Figura 4).

Figura 4: Meses del año y temperatura media mensual de Rauch (Tx), indicando posibles fechas de siembra (semilla en marrón), y momentos de pastoreo durante el EEA Cuenca del Salado año de implantación simbolizados con el pasto (con línea verde primera utilización, con línea azul rebrotes) según las sumas térmicas que necesita festuca. – Fertilización fosforo (P) y nitrógeno (N). Muy importante la fertilización fosforada a la siembra para cubrir deficiencias del suelo (Figura 5). Dosis de fosforo a la siembra e incorporado de 80 a 100kg/ha de fosfato diamónico o superfosfato triple son adecuadas en suelos de la Cuenca del Salado que poseen con <5 ppm P (Chequear con análisis de suelo).

 

 

Figura 5: Foto de pastura implantándose mostrando líneas con escaso macollaje porque a la siembra se taparon algunos picos que dosificaban el fertilizante fosforado. Una vez implantada la pastura se puede agregar nitrógeno según la necesidad de forraje extra. La fertilización nitrogenada debe ser aplicada en franjas en el lote con diferentes dosis, para facilitar que la planta transforme en hojas y macollos el nutriente y se llegue a pastorear sin que se pase la pastura. EEA Cuenca del Salado – Primer pastoreo. Al macollaje teniendo en cuenta anclaje-enraizamiento y piso del lote (simulando la lengua del ganado sobre el pasto para chequear el anclaje) se recomienda realizar un pastoreo liviano de despunte, con esta práctica logramos más macollaje y cobertura en contra de la formación de matas (Figura 6).

Figura 6: Cuidados para el primer pastoreo.

 

Fuente: INTA

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