Estamos en un período de definiciones políticas importantes, y en algunos momentos pareciera que existen situaciones ya vividas. Quizás muy influenciada esta sensación por haber visto la serie “Diciembre 2001” en Star +, o bien por lo ocurrido en Chaco que recuerda lo de María Soledad Morales, o por el ataque a la Legislatura en Jujuy.
O al ver las desprolijidades y pujas de poder en la definición de la interna del oficialismo, donde lo que menos se ve es “unión por la patria”, sino que se sospechan arreglos que tienen que ver con intereses personales (económicos, judiciales, de poder). El tener esta sensación nos puede llevar a dos sentimientos: o la depresión por entender que nada ha cambiado en veinte años o a pensar qué debemos hacer para no tropezar otra vez con la misma piedra.
Para no deprimirnos debemos tener un proyecto y para no tropezar con la misma piedra debemos hacer algo distinto a lo que hicimos. Jamás el ayer es igual al hoy ni al mañana, las circunstancias cambian, el entorno cambia, las edades cambian, las motivaciones cambian.
Lo que es seguro es que, suceda lo que suceda, el sector agropecuario tendrá una participación importante en lo que vendrá, y allí debemos estar participando de la mejor manera posible y seguramente entregando un plus, porque todavía creemos estar a tiempo de generar una Nación con mayúscula, una República. Ojalá podamos hacerlo.
Fuente: Zorraquín & Meneses