La cosecha total de granos de la campaña 2022/23 sería de 88 Mt, 51 M/t menos que los 139 M/t recolectados la campaña anterior se ubicó en 139 millones. Así lo estimó un estudio del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea. Según ese trabajo ese monto de pérdida económica equivale a 8,5 años de ventas de maquinaria agrícola en la Argentina.
Los datos y los trabajos que los avalan fueron presentados durante una edición del Ciclo de Coyuntura y Perspectivas, realizado en el auditorio de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), Allí disertaron dos de los investigadores del IERAL, Gustavo Reyes, quien habló sobre “Perspectivas Económicas 2023” y Juan Manuel Garzón, especialista en temas agropecuarios y agroindustriales, quien abordó el impacto de la sequía.
“La sequía daña la economía del agro y del país: ¿cómo sigue?”, fue el título de la exposición de Garzón, en la que resumió que el mal clima que sufrió el campo durante la campaña 2022/23 significa una pérdida de 51 M/t frente al ciclo anterior.
Para ese cálculo, Garzón tomó las proyecciones oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que en la temporada 2021/22 informó una producción total de 139 M/t (considerando soja, maíz, trigo, cebada, sorgo, maní y girasol), mientras que la proyección actual es de apenas 88 millones.
De lo peor. Con estos números, la campaña que está terminando sería la peor cosecha desde la sequía 2008/09, cuando se produjeron apenas 59 M/t de esos cultivos. Además, la caída interanual sería también una de las peores de la historia: 37%.
También la pérdida económica para el país sería la peor de las que se tenga registro: U$S24.700 M (mercadería valuada a precios de exportación), superando los U$S17.700 M de 2008/09.
Garzón también analizó de cómo inciden las pérdidas productivas en cada región. Córdoba es la provincia que se verá más perjudicada, con una reducción del valor agregado productivo de U$S7.600 M a precios FOB y U$S5.300 M a cotización FAS, lo que implica un 9,8% de su Producto Bruto Geográfico (PBG).
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En términos nominales, Buenos Aires pierde más (U$S8.250 M a precios FOB), pero como su PBG es más grande, en términos relativos pierde menos (2,7% de su producto).
Garzón graficó las pérdidas con una comparación interesante. De los U$S 5.300 M que pierde Córdoba, a valor del productor, equivalen a más de 2 años de ventas de maquinaria agrícola en todo el país (U$S2.200 M) o a más de 5 presupuestos anuales de la Municipalidad de Córdoba (U$S 1.000 M).
8 años. Así, también se puede calcular que los U$S24.700 M que pierde el país, que son U$S 17.000 M a valor FAS, significan que el golpe económico provocado por la sequía en Argentina equivale a 8 años y medio de ventas de maquinaria agrícola a nivel nacional.
Consecuentemente, para el Gobierno este escenario tampoco es positivo: recaudará por derechos de exportación poco más de U$S4.000 M durante el año, menos de la mitad de los U$S9.000 M que cobró en 2022.
Pero esto no significa que la presión impositiva merme, sino que, por el contrario, cuanto la sequía más afecta los rindes, más es lo que pierde el productor, en contraposición con un Estado que siempre obtiene algún recurso.