Los animales estaban atontados y no ladraron cuando los cuatro delincuentes entraron a la casa de sus dueños.
Muy poco habría logrado avanzar la Policía en la investigación del asalto del establecimiento rural El Chamico, ubicado a unos 13 kilómetros de Juan Jorba en la provincia de San Luis. En parte porque, según trascendió, los damnificados aún no terminan de aportar mayores precisiones sobre algunos datos requeridos por los investigadores, que podrían ayudarles en la ubicación de la camioneta y las armas de fuego robadas. Aun así, uno de los datos llamativos que trascendió, sobre lo que las víctimas indicaron acerca del momento posterior al robo, es que notaron que sus perros no estaban bien. Se veían un tanto atontados como si los hubieran sedado y eso podría explicar el porqué no ladraron cuando los ladrones ingresaron al casco principal del campo.
Cuando Horacio Massey habló con el personal de la Comisaría 11ª para relatarles cómo había sido el atraco, les señaló que lo que le llamó poderosamente la atención fue el hecho de que ninguno de sus perros siquiera ladró al momento previo al robo. El hombre de 82 años tiene cuatro canes, la noche del asalto, dos estaban dentro de la vivienda que tiene en el corazón del campo y los otros dos, afuera.
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La sorpresa de la víctima resulta del hecho de que sus mascotas, de raza grande, se caracterizan por ser guardianes y reaccionar con ladridos y ataques apenas advierten algo fuera de lugar y, sobre todo, si se trata de la presencia de desconocidos o intrusos en la estancia. Pero en este caso, “los animales en ningún momento agredieron a los delincuentes”, comentó una fuente.
Cuando los efectivos revisaron a los perros se percataron de que “presentaban un estado como si estuvieran dopados y asustados”, refirió el informante. Lo más probable es que “hayan sido sedados”.
El robo ocurrió la noche del sábado 5. Los asaltantes tomaron por sorpresa a Massey cuando veía la televisión. Estaban encapuchados.
Lo tiraron al piso, lo redujeron mientras revolvían su casa. Luego lo pusieron en una silla, lo atacaron con cables, lo amenazaron, lo golpearon y le colocaron un revólver o una pistola en la boca.
Se llevaron su Chevrolet S10 doble cabina, dos relojes pulsera y seis armas de fuego.
Fuente: eldiariodelarepublica.com