La autoridad monetaria cree que se mantendrá un esquema similar al de los últimos dos meses. Cuáles serán las dos “canillas” por las que llegarán dólares.
¿De administrar la escasez a manejar la abundancia? La falta de dólares para cubrir la incesante demanda ha sido la constante de este 2018, que está a poco más de un mes de decir adiós.
El Banco Central, ahora con Guido Sandleris a la cabeza, logró estabilizar el tipo de cambio. Bajó fuerte la compra de divisas a partir de su encarecimiento, y esto acompañado por tasas de interés aún altas y una recesión que no da tregua.
En este marco, desde la autoridad monetaria prevén un 2019 más parecido a estos últimos dos meses que a los momentos traumáticos de 2018. “Cuando uno proyecta la oferta para el año que viene, todo apunta a que el país tendrá exceso de dólares”, señala a iProfesional un importantísimo funcionario del Banco Central.
Claro que el pronóstico oficial -que hace referencia a abundancia- sólo se verificará si se mantiene la dinámica actual. En concreto, esto implica:
1.- Un fuerte freno de la demanda por parte de los particulares: el atesoramiento se redujo a u$s1.100 millones en septiembre y a u$s500 millones en octubre. En noviembre podría estar, incluso, un poco más abajo de esta última cifra
2.- Una caída muy pronunciada en la compra de los importadores: esto ha sido consecuencia del salto del dólar, que encareció los productos, y por la merma de la actividad, que golpea al consumo de bienes
3.- Una disminución de la búsqueda de dólares para cobertura: “Las empresas ahora especulan menos”, aseguran en los pasillos oficiales. En otras palabras, señalan que muchas que compraban como mecanismo de resguardo no tendrán tanta necesidad de hacerlo, porque habrá menos volatilidad en el mercado.
4.- La mayor venta de billetes verdes para cancelar deudas en pesos: esto algo que ya viene sucediendo, tal como diera cuenta iProfesional. “Al final del día, se están desendeudando y eso es un proceso positivo”, afirman desde el Banco Central.
La foto actual, con ciertos matices, es la que los funcionarios creen que podría mantenerse el año que viene pese a ser un año electoral, que suele ser más volátil que uno sin comicios de por medio. Las previsiones dan cuenta de una demanda que no se desbordará, tal como ocurrió en 2018.
Todavía está fresco un dato: entre abril y septiembre (tan sólo en seis meses), el BCRA y el Tesoro vendieron reservas por casi u$s23.000 millones y, aun así, el tipo de cambio subió de $20 a $40. Es una película que el Gobierno no puede permitir que se repita.
Fuente: Iprofesional