El estratégico rol del INTA en la Eficiencia de Cosecha de Grano y Forrajes Conservados

La Siembra Directa, el manejo integrado de plagas y malezas, la biotecnología aplicada a materiales genéticos de alto potencial de rendimiento y labores realizada con maquinaria inteligente altamente tecnificada hicieron posible que en los últimos 25 años Argentina aumente su producción de granos de 37 a 125 millones de toneladas anuales. No obstante, el fuerte trabajo público/privado, el nivel de pérdidas durante las últimas campañas en los principales cultivos asciende a niveles superiores a los recomendados por INTA. Evaluaciones de pérdidas realizadas por INTA en las últimas 3 campañas en 7 provincias, en Argentina quedan 1.098 Millones de U$S como grano en el rastrojo reduciendo los márgenes económicos de cada productor y el saldo exportable del país. La necesidad de bajar los niveles de pérdidas pone al INTA, productores, técnicos y contratistas a trabajar unidos, disminuyendo lo que pierden las máquinas al momento de cosechar granos o producir forrajes conservados de calidad.

En los últimos 26 años, el INTA se ha transformado en un referente nacional e internacional en la temática a través de sus Proyectos de Eficiencia de Cosecha PROPECO (1990-95), PROPEFO (1994-99) y PRECOP (2004-13), con los cuales logró reducir significativamente las pérdidas de cosecha de granos y forrajes. Sin embargo, la discontinuidad del aporte técnico del INTA en estas áreas temáticas, en los períodos 1995-2004 (PROPECO) y 1999-2010 (PROPEFO), indica que la eficiencia de la cosecha de granos y forrajes retrocedió a valores similares a los medidos al inicio 2 de estos proyectos producto de haber interrumpido acciones de motivación, desarrollo y transferencia de los correctos procesos de cosecha de granos y forrajes. Actualmente, el Programa Nacional de Agroindustria y Agregado de Valor posee el desafío de reducir en la próxima campaña un 20% la ineficiencia actual ocasionada al momento de la cosecha de granos y la producción de forrajes conservados, recuperando 219 M/U$S por disminución de pérdidas físicas en granos y 270 M/U$S por una mayor producción de carne y leche por contar con más y mejor forraje conservado.

Para este objetivo, el Programa coordina una red público-privada que involucra a productores, contratistas, asesores y fabricantes en un proceso de mejora continua, brindando un mensaje técnico obtenido de ensayos a campo y la captura tecnológica realizada dentro y fuera del país, el cual se transfiere mediante más de 100 charlas técnicas y jornadas a campo por año, cursos tradicionales y a distancia, presencia en todas las megamuestras y eventos del ámbito agropecuario y distribución de manuales de actualización técnica de los cuales se han editado 94 publicaciones en los últimos 10 años de la temática de cosecha de granos y forrajes conservados, postcosecha, agregado de valor en origen, bioenergía y manejo de efluentes.

Gran parte del esfuerzo y capital invertido desde el momento de la siembra puede perderse en solo unas horas si no invertimos tiempo en trabajar al momento de la cosecha, aplicando los consejos técnicos y las metodologías que propone el INTA para evaluar pérdidas. Recordar que trabajar para incrementar la eficiencia de cosecha es una acción que en la mayoría de los casos tiene un costo “cero” y que repercute notablemente en los márgenes de la actividad. En el caso concreto de los cultivos graníferos más importantes, las pérdidas reales superan los niveles de tolerancias recomendados por INTA entre un 25 % a un 50 % (según cultivo), generando un nivel actual de pérdidas de 1.098 M.U$S/año. Los antecedentes demuestran que los niveles de pérdidas pueden reducirse en los próximos 3 años en un 20 %, incrementando el saldo exportable del país en aproximadamente unos 219 M/U$S/año.

A estas pérdidas físicas debemos agregarle que la cosechadora es la principal responsable de daño mecánico producido al grano y que luego repercute notablemente en las pérdidas de almacenamiento además de disminuir el valor comercial de la producción. Respecto a la producción de forrajes conservados, el INTA logró un rol protagónico en la difusión de esta tecnología que acorte la brecha tecnológica, logrando que en las últimas dos décadas, la superficie destinada a henificación y las hectáreas para silaje se multiplicaran por veinte, pasando de 80.000 ha en el año 1993, en los inicios del Proyecto PROPEFO, a cerca de 2.000.0000 de ha en la actualidad. Esta mejora producida, responde a un nuevo paradigma que posiciona a la ganadería frente a un cambio tecnológico donde el animal integra un sistema en el que se le debe suministrar una ración perfectamente balanceada.

Si bien se ha evolucionado notablemente en el uso de los forrajes, Argentina debe eficientizar aún más su producción, con el objetivo de incrementar la cantidad de materia seca producida por hectárea y de la calidad que presenta ese alimento cosechado. Las pérdidas actuales durante el proceso de corte, elaboración, almacenamiento y suministro de forrajes conservados continúan siendo muy elevadas, con valores que se estiman en un 25% de la producción de Materia Seca destinada a silaje y 30% en la producción de heno.

Para dimensionar el impacto de estas pérdidas, debemos tener en claro que reducir en un 20% la ineficiencia actual ocasionada al momento de la producción, almacenamiento y suministro de los forrajes conservados posibilitaría incrementar sobre la misma superficie en 118.900 de toneladas de carne valuadas en 222 Millones de dólares y un incremento en la producción de leche 49,6 Millones de litros de leche cotizados en el mercado interno a 9.67 Millones de dólares.

 

Fuente: INTA por Mario Alberto Bragachini, Juan Marcos Giordano, José Peiretti, Santiago Néstor Tourn, Enrique Bher