La campaña 2017/2018 mostró rindes récords y comenzó con excelentes resultados de calidad. Los granos pioneros en llegar al mercado son los provenientes del norte del país, caracterizados históricamente por los buenos niveles proteicos. Sin embargo, a medida que ingresaron los trigos más rendidores de la región núcleo, algunos parámetros de calidad se debilitaron. En términos netos, los atributos de calidad promedio de las muestras ingresadas al laboratorio de la Cámara Arbitral de Rosario han quedado por debajo de la obtenida para la misma altura del año pasado aunque aún satisface las exigencias de la demanda.
Casi finalizada la cosecha de trigo 2017/2018, la misma tuvo un rinde record alcanzando el promedio nacional las 33,4 quintales por hectárea. De esta forma, se consolidaron los 17,5 millones de toneladas con una superficie cultivada de 5,34 M de ha.
En materia de calidad, la proteína del grano de trigo es uno de los factores con mayor incidencia en el precio a la hora de comercializarlo. Sin embargo, son muchos los factores e interacciones que definen el contenido de proteína: el nitrógeno disponible, la fecha de siembra, el momento de la aplicación del fertilizante, el genotipo, la sanidad, el nivel de otros nutrientes, las condiciones ambientales y tipo de suelo. Algunos son ajenos al manejo agronómico mientras que otros sí se pueden controlar.
Durante esta campaña productiva 2017/18, el productor apostó fuertemente al paquete tecnológico, principalmente en la dosis de nitrógeno aplicado y de fungicidas. Sin embargo, no sólo la cantidad de nitrógeno es importante para definir la calidad del grano, sino también el estadio fenológico en el que se realiza esta práctica. Una de los caminos posibles para conseguir un mayor contenido proteico es la aplicación del fertilizante nitrogenado cerca del periodo de floración; momento en que se encuentran definidos algunos componentes del rendimiento. De esta manera el nitrógeno se dirigiría a producir más proteína y no más número de granos, ya que éstos estarían prácticamente definidos con anterioridad. A esta práctica se la conoce como fertilización tardía. Sin embargo, como se menciona al inicio, son numerosos los factores que definen la cantidad de proteína en el grano.
Una de las causas de los altos rindes obtenidos en la región posiblemente fue la buena fertilización al inicio del ciclo del cultivo que se dirigió a producir más número de granos. En este sentido, hay una fuerte correlación negativa entre el rendimiento y el tenor de proteína. Esto es así porque el nitrógeno se diluye en un mayor número de granos (más rinde). En consecuencia, los rendimientos excepcionales que se obtuvieron en la zona de influencia a la Cámara Arbitral de Rosario posiblemente no presenten buenos niveles proteicos.
Sumado a los buenos kilos obtenidos, las temperaturas templadas junto a la poca luminosidad prolongó el llenado del grano. En esta etapa predomina el proceso de acumulación de hidratos de carbono (almidón) por sobre la de proteínas (capa vítrea). Como consecuencia, aparecieron los granos panza blanca con esa típica coloración amarillenta.
La Cámara Arbitral de Cereales de Rosario da cuenta de esto al emitir los resultados obtenidos en aproximadamente 645.000 toneladas de trigo pan ingresadas al laboratorio en el periodo comprendido desde el 24/11/2017 al 23/12/2017. La mercadería proviene de la zona influyente a esta cámara que es el norte del país y la región centro; esta última caracterizada por sus rindes records.
Como puede observarse en el siguiente gráfico, el contenido proteico en el 2017 (datos de las primeras muestras) se encuentra en el 10,0% marcando una leve caída respecto del 10,1% evidenciado el año anterior. El promedio de los últimos 8 años asciende a 10,8%, lo cual muestra que en el 2017 –por el momento- nos encontramos por debajo de dicha cifra.
Los granos panza blanca alcanzaron en las primeras muestras del 2017 el 8,1%, valor cercano al record del año 2015 de 8,3%. Tengamos presente que estamos analizando los últimos 8 años.
Por último, el peso hectolítrico (PH) en el 2017 con 79,2 kg/hl está superando al promedio histórico de los últimos 8 años que había registrado un 78,8 kg/hl. Aunque respecto de la última campaña este paramento presenta una caída de 0,7 kg/hl en el valor absoluto del registro (Año 2016 el PH fue de 79,9 kg/hl).
Es menester mencionar que estos son resultados preliminares y aún queda mucho camino por recorrer. La campaña triguera en términos generales es muy buena en cuanto a precios, nivel comercializado y aceptable calidad, incluso a luego de haber visto rindes que sorprendieron gratamente con el avance de las cosechadoras.
Fuente: BCR | Por: Sofía Corina