En la medida que el clima ayude y se confirmen las previsiones iniciales de siembra, se espera que en la próxima campaña argentina 2018/2019 se almacene en silos bolsas cerca de 45 Mt (8,4 Mt de trigo, 17,2 Mt de maíz y 20 Mt de soja) en 250.000 bolsas. Las ventas de bolsas podría reportar una facturación de US$ 88 millones y los servicios prestados por contratistas unos US$ 410 millones. El gasto total en compra y manejo de silos podría oscilar los US$ 500 millones en la próxima campaña, sin contar ventas de máquinas. Cifras de gran significación económica.
A partir de la nota publicada en ediciones anteriores de este Informativo Semanal titulada “El silo bolsa en Argentina: almacenaje por 45 Mt/año y exportaciones por US$ 50 M/año“, en la cual se hizo una caracterización de la industria nacional de este implemento tecnológico que ha tenido una gran contribución a la hora de posibilitar el desarrollo de la producción agrícola y de darle una mayor flexibilidad y eficiencia al sistema de comercialización de granos; se busca en esta nota extender el análisis para profundizar en el impacto que tiene el silo bolsa en el sector agrícola.
En el mencionado informe se concluyó repasando las principales ventajas que la implementación de esta tecnología brindó a los diferentes participantes del sector, principalmente al productor. Entre éstas, se mencionó que los silos bolsas permiten extender los tiempos de venta de la producción, posibilitando una mejor administración y planificación de las mismas. Esto tiene una gran importancia en lo que respecta al sistema de comercialización, permitiendo disminuir la carga estacional de las actividades que brindan soporte al sistema.
Además, independiza a la cosecha de la disponibilidad de camiones, lo que implica un ahorro en fletes al poder transportar la cosecha fuera de estación, cuando el costo es menor, mientras que a su vez, posibilita evitar la necesidad de enfrentar el costo del flete corto a los acopios y/o cooperativas.
El silo bolsa permitió un mayor volumen de operaciones sin la participación del acopio o la cooperativa como intermediario, transportando el grano directamente a la industria o al puerto, y el hecho de que el almacenamiento se efectúe en campo permite una mayor flexibilidad y mejor programación de fletes, pudiendo planificar los envíos en diferentes momentos del año para evitar la concentración de la actividad, y así obtener mejores precios para el transporte.
El bajo costo de guardar en silo bolsa ha sido de suma importancia a la hora de contrarrestar los mayores costos de almacenaje y acondicionamiento que generaba la tenencia del grano en silos fijos a la espera de la temporada estival y los mejores precios.
Si bien a esto se le debe sumar el costo de oportunidad del capital que implica tener la mercadería inmovilizada en los silos fijos, para muchos productores el almacenaje en silo bolsa es una forma de ahorro y un depósito de valor que los ha llevado a subestimar el costo de oportunidad del capital, sobre todo si se considera el poco desarrollo y la volatilidad a la que nos tiene acostumbrado el mercado financiero local.
Para muchos administradores de empresas agrícolas, no tiene demasiada relevancia lo que se deja de ganar por no vender la producción e invertir en otros activos financieros (a lo que se refiere con el concepto de costo de oportunidad del capital). Generalmente los productores prefieren antes que realizar cualquier inversión financiera, esperar los mejores precios de la soja y diferir la venta.
Sin embargo, estos cambios en la comercialización que produjo la difusión de la utilización del sistema de almacenaje en silo bolsa sumados a la reducción de costos (en relación a la utilización de silo fijo) habrían generado que se modere la suba de precios durante los meses de siembra, en los que escasea la oferta de mercadería.
Retomando la metodología de un análisis de años atrás realizado por Julio Calzada y Guillermo Rossi para este Informativo Semanal, podemos ver que para el caso de la soja a partir del año 2004, cuando se empieza generalizar el acceso a los silos bolsas, se presenta un cambio en el componente estacional de los precios.
Cuando hablamos del componente de estacionalidad en los precios de la soja en el mercado físico de granos de Argentina hacemos referencia a las oscilaciones que estos precios presentan, dentro de un mismo año, alrededor de una tendencia y que se repiten de manera muy similar en el mismo mes o en el mismo trimestre de cada campaña productiva.
El precio de los commodities agrícolas (y específicamente la soja) muestra una estacionalidad relacionada a las condiciones de oferta, la cual coincide con la evolución del cultivo a lo largo del año. En los períodos de siembra, cuando la oferta es baja, los precios son elevados; en tanto que en períodos de cosecha, cuando la oferta es abundante, los precios se muestran bajos.
Antes de la aparición del silo bolsa en nuestro país, se observaba de manera clara y muy marcada el siguiente fenómeno. Durante el período de cosecha de la soja, casi la totalidad de la oferta anual del producto quedaba disponible de una sola vez para ser comercializada en el mercado. Como la demanda de commodities agrícolas mantiene un alto grado de estabilidad a lo largo del año, los que tenían capacidad de almacenamiento en silos fijos (especialmente fábrica, exportación, acopios y cooperativas) debían almacenar la mercadería para asegurar el abastecimiento durante el resto del año. Los precios del poroto, entonces, tendían a incrementarse a lo largo del año como consecuencia de los costos de almacenaje y financieros.
Con el objeto de confirmar empíricamente si realmente se ha moderado o no la estacionalidad de los precios desde la aparición del silo bolsa, se construyeron mediante la utilización de la técnica de medias móviles centradas en 12 períodos, un conjunto de indicadores estacionales mensuales para el precio Cámara de soja, con datos provistos por la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario.
A partir de los indicadores obtenidos se tomaron como referencia dos períodos para de esta manera analizar, por un lado, la estacionalidad en el período 1992-2003 en promedios mensuales, expresando la serie en dólares y utilizando como factor de conversión el tipo de cambio comprador del Banco Nación para evitar los problemas que surgen de los cambios en el valor de la moneda. Para completar el análisis, se calcula la estacionalidad en el período 2003-2017, época donde empieza a crecer con fuerza la venta y utilización generalizada del silo bolsa. De la comparación de estos dos períodos se obtuvieron los siguientes resultados:
Como puede verse en el gráfico, la línea verde correspondiente al período 1992-2003 muestra que los precios cámara (CAC-BCR) de la soja en época de cosecha (entre marzo y junio) registran una fuerte caída respecto de los registrados en la temporada estival, evidenciando una fuerte y marcada estacionalidad. En cambio, la línea roja que representa los indicadores del período 2004-2017 se muestra más estable, con menores variaciones en los precios a lo largo del ciclo. La caída de las cotizaciones en época de cosecha en el período 2004-2018, en el cual hubo un fuerte desarrollo y adopción del sistema silo bolsa, es más moderada que la del período 1992-2003. En síntesis: la nueva estimación muestra que el Silo Bolsa ha ayudado a dar una mayor estabilidad en los precios que recibe el productor por la soja, moderando la caída de precios en la época de cosecha.
Proyecciones de uso del silo bolsa para la próxima campaña 2018/2019
El último informe emitido por Secretaria de Agroindustria de la Nación, con datos a mayo de 2016, indicaba que la capacidad de almacenaje comercial de granos en Argentina ascendía a 61,3 millones de toneladas. En este registro se computa la capacidad de estructuras fijas -silo, celda o galpón- de todas las plantas de acopio de sociedades comerciales, cooperativas, industrias, fábricas y depósitos portuarios a lo largo de todo el país. También se han adicionado los depósitos transitorios anexos a dichas plantas.
En dicha cifra no se incluye la capacidad de almacenaje en estructuras fijas de los productores agropecuarios, la cual fuera estimada por la Fundación Producir Conservando en el año 2008 en aproximadamente 15 millones de toneladas. Se cree que el cambio entre ese entonces y este 2018 no ha sido de gran magnitud, y que la tendencia podría haber marcado un decrecimiento en este tipo de almacenaje del hombre de campo. Esto debido a que la difusión del almacenaje en bolsas, con bajos costos de acceso, disminuye los incentivos para realizar inversiones en reacondicionamiento, ampliaciones o nueva capacidad de almacenaje en estructuras fijas.
Partiendo de una proyección de cosecha para la campaña 2018/19 de 114 millones de toneladas, se puede notar claramente el déficit existente en capacidad de almacenaje fijo que viene a ser salvado y compensado por la utilización de los silos bolsas.
Según las estimaciones del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, basadas en información aportada por participantes del sector y entrevistas a especialistas en la materia; en la próxima campaña se embolsarían poco más de 45 millones de toneladas, en cerca de 250 mil bolsas. Este dato surge de suponer un escenario de alta demanda por el sistema silo bolsa, lo que se corrobora con los comentarios realizados por los especialistas que participan de este sector en particular.
A partir de este volumen de grano almacenado en silo bolsa, esta industria estaría generando un nivel de actividad económica cercano a los 500 millones de dólares computando las ventas de las bolsas y los gastos por servicios y manejo de este insumo a cargo de contratistas. Esto sin tener en consideración la producción de maquinaria agrícola específica para la utilización del sistema silo bolsa y dejando de lado el comercio internacional, que como se mencionó en el informe previo, genera alrededor de 50 millones de dólares anuales.
Para esta proyección se tomó un precio promedio referencial para la bolsa de tamaño estándar (9 pies por 65 metros), la cual tiene la mayor difusión. Además debe considerarse que los costos de los servicios tienen una gran variabilidad de acuerdo a la región y a determinados aspectos relacionados a los términos de contratación que se negocian entre contratista y productor.
La disponibilidad de cosechadoras también es importante en relación a esto, ya que un mayor número de máquinas dispuestas para la cosecha permite una mayor velocidad en el llenado de la bolsa y un menor costo de oportunidad por mantener inmovilizada la “embolsadora” en determinado lote.
En el escenario previsto se obtienen las siguientes conclusiones para la próxima campaña 2018/2019, siempre y cuando el clima ayude; y se confirmen las previsiones iniciales en materia de área sembrada y futuros rindes:
- Se podría llegar a embolsar en el ciclo 2018/2019: 8,4 Mt de trigo, 17,2 Mt de maíz y 20 Mt de soja. Un total de 45 Mt de granos.
- Según nuestras estimaciones, podrían llegar a utilizarse 250.000 bolsas.
- Las ventas de silos bolsas podría reportar una facturación de US$ 88 millones.
- Los servicios prestados por contratistas generarían un nivel de facturación de US$ 410 millones.
- El gasto total en compra y manejo de silos podría oscilar los US$ 500 millones.
La industria del silo bolsa cuenta con cada vez más participantes, generando una mayor competencia en el mercado, lo que se traduce en un creciente desarrollo de nuevas tecnologías y de búsqueda de diversificación de productos que le otorguen mayores beneficios tanto al productor como al resto de la cadena. Esta es una tecnología que ha llegado para quedarse y se espera que su industria continúe ganando terreno compitiendo con los sistemas de almacenaje fijo
Fuente: Julio Calzada-Blas Rozadilla-Emilse Terré