La familia Ferrero es contratista agrícola. Hace 18 años que ofrece servicios con sus cosechadoras CLAAS. “Para condiciones difíciles de cosecha, no hay con qué darle”, dicen.
“Tengo 50 años y trabajé toda la vida. Con la LEXION 760 quise darme un lujo. Es como cuando por fin te podés comprar un auto de alta gama para disfrutar de ir a dar una vuelta”, dice Leonardo Ferrero, un contratista cordobés que junto a su familia tiene seis cosechadoras de la marca y está orgulloso de ser CLAAS.
La de los Ferrero, de la localidad de Hernando, es la típica historia de una empresa familiar ligada a la producción agropecuaria que creció a pura prepotencia de trabajo y sacrificio. Todo comenzó en 1965, cuando Omar Ferrero (el padre) tomó la iniciativa de comprar las primeras cosechadoras. Hoy, junto a sus cinco hijos, lleva adelante un negocio familiar que tiene como aliada incondicional a la marca CLAAS.
Leonardo es uno de los cinco hermanos Ferrero que prestan servicios de cosecha en unas 11.000 hectáreas desde La Pampa a Santiago del Estero, pasando por Córdoba, donde concentran el 60% del área de trabajo. “En el 2000 compramos la primera CLAAS. Durante muchos años trabajamos con marcas nacionales, pero vimos que hay tecnologías que te aportan una tranquilidad distinta. CLAAS hoy es top en el mercado, son máquinas muy seguras. Hoy contamos con 6 cosechadoras de la marca y en un momento llegamos a tener 8”, relata el contratista que además presta servicios de siembra, transporte y realiza agricultura en campos propios y arrendados.
El “team” de los Ferrero está integrado por varias cosechadoras CLAAS. Tienen tres MEGA 370 y tres LEXION modelos 740, 780 y 760. A esta última, cero kilómetro, Leonardo la adquirió el año pasado cuando visitó una exposición en Río Cuarto. La compró con un préstamo en dólares a 5 años que sacó en el Banco Macro.
La LEXION 760 está equipada con orugas de goma TERRA TRAC y una de las ventajas que Ferrero destaca es su manejo hidráulico “que permite regular el ángulo de corte desde la cabina, sin necesidad de bajarse de la máquina. De esta forma ahorrás mucho tiempo y ganás calidad de trabajo. Tiene toda la tecnología de una 780 sin ser una máquina tan grande”.
Para el hombre, las cosechadoras CLAAS destacan por su capacidad para trabajar con igual calidad incluso cuando las condiciones de los cultivos no son las ideales. “Dentro de un escenario normal no se encuentran grandes diferencias entre marcas. Pero fuera de esas condiciones, con cosecha húmeda o rastrojos pesados y verdes, la capacidad de CLAAS es muy diferente a cualquiera de las otras opciones del mercado”, dice Ferrero.
Administrativamente, los hermanos están divididos en dos unidades de negocios. Leonardo junto al hermano mayor trabajan en EFEHACHE SRL. Los otros tres lo hacen en Ferrero y Asociados. “Lo bueno de trabajar en familia es que dedicamos mucho esfuerzo para crecer sin importarnos cuántas horas trabajamos por día”, dice.
Para el contratista su actividad está plagada de desafíos: el financiamiento, los costos de mano de obra, la incertidumbre económica y, claro está, el clima. “En nuestra zona, el promedio de rinde de soja de la campaña pasada fue de 16 quintales por hectárea cuando los costos equivalen a 20”, finalizó.