🌱 Siembra en verde: una estrategia para mejorar la salud del suelo y controlar el exceso hídrico
La siembra en verde se ha consolidado como una herramienta clave para potenciar la salud del suelo, especialmente en años húmedos. En Estados Unidos, en estados como Kentucky, Tennessee, Mississippi y Arkansas, esta técnica ha ganado popularidad entre los productores que integran cultivos de cobertura en sus sistemas agrícolas.
La práctica consiste en sembrar cultivos de verano —como maíz, soja, algodón, sorgo o girasol— sobre un cultivo de cobertura aún vivo, que luego se controla mediante métodos mecánicos o químicos. Sin embargo, como toda decisión agronómica, no existe una receta única: los beneficios y riesgos deben analizarse según el ambiente, los objetivos productivos y el manejo disponible.
Ventajas de la siembra en verde
Mejora la estructura del suelo, aumentando su estabilidad y resiliencia.
Favorece la infiltración y retención de agua, clave en años con alta humedad.
Incrementa la competencia contra malezas, reduciendo su presión sobre el cultivo principal.
Contribuye a una mayor fijación de carbono, promoviendo la sustentabilidad del sistema.
Aumenta el consumo de agua, útil para evitar excesos hídricos, y reduce la temperatura del suelo para el cultivo siguiente.
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Desafíos y puntos críticos
Puede generar competencia por agua y nutrientes entre el cultivo de cobertura y el de renta.
El rastrojo abundante puede dificultar la siembra del cultivo principal.
Requiere un control preciso del cultivo de cobertura para garantizar éxito en la implantación.
Existe riesgo de aparición de plagas y enfermedades, que deben ser monitoreadas y gestionadas.
Recomendaciones prácticas
Ajustar la densidad y fecha de siembra del cultivo de cobertura para equilibrar biomasa y consumo de agua.
Evaluar el agua disponible en el perfil antes de decidir si se elimina el cultivo previo.
Contar con una sembradora equipada para alta cobertura, con barre rastrojo y ruedas tapadoras.
Planificar con antelación el control del cultivo de servicio mediante herbicidas o rolo, evitando inconvenientes al sembrar el cultivo de renta.
Realizar monitoreo constante de malezas, plagas y enfermedades para anticiparse a posibles problemas.
Conclusiones
La siembra en verde representa una práctica de alto potencial para mejorar la salud del suelo y dar mayor estabilidad al sistema productivo. Su implementación requiere planificación, monitoreo permanente y un manejo ajustado a cada lote.
En ambientes con buena oferta hídrica y productores dispuestos a perfeccionar su tecnología, los beneficios pueden superar ampliamente los riesgos. Por ejemplo, en lotes destinados a soja que aún conservan centeno de cobertura, este año podría ser ideal para aplicar la técnica y evaluar sus resultados.
Fuente: Fundación Producir Conservando