🚜 Una historia bajo el agua: productores de 9 de Julio lograron rescatar una cosechadora valuada en más de 200 mil dólares
Luego de varios días de incertidumbre y trabajo incesante, la familia Iaconis consiguió sacar del barro su cosechadora valuada en 220.000 dólares, que había quedado atrapada bajo el agua en un campo de la zona de Corbett, partido bonaerense de 9 de Julio. El rescate fue posible gracias al esfuerzo conjunto de productores, vecinos y amigos de la comunidad.
“Realmente fueron tantos y de todos lados”, resumieron Gabriel y Agustín Iaconis, padre e hijo, al agradecer a quienes colaboraron para liberar la máquina. “Agradecemos enormemente a todas las personas que ayudaron, que prestaron tractores, lingas, duales o simplemente nos alentaron con sus palabras”, expresaron emocionados.
El episodio comenzó hace quince días, cuando la familia había aceptado levantar una cosecha en el establecimiento y, tras intensas lluvias, la maquinaria quedó encajada. “No había forma de sacarla si no era con una retro. El agua seguía subiendo y me la estaba tapando. Si no la podía sacar, la perdía”, contó Agustín, de 25 años, contratista rural e hijo del propietario.
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La cosechadora, una Challenger modelo 2010, está aún en proceso de pago. Aunque cuenta con seguro, este tipo de incidentes —ocasionados por inundaciones— no están cubiertos, lo que acrecentó la preocupación del productor.
Finalmente, tras días de trabajo y la solidaridad de toda la zona, la máquina pudo ser retirada este viernes. “Agradecemos también a los dueños del campo que permitieron cortar los alambrados y a quienes se metieron al agua con nosotros. Sin la ayuda de la gente, esto era imposible”, remarcó Gabriel Iaconis.
La familia, con más de 35 años dedicados a la actividad agrícola, describió la situación como una de las más difíciles que atravesaron. “Mi abuelo y mi padre pasaron inundaciones, pero nada como esto. El agua cubrió todo”, relató Agustín.
Las intensas lluvias afectaron gran parte del partido de 9 de Julio, dejando cientos de hectáreas sin cosechar. “En otros años levantábamos unas 1500 hectáreas; este año no llegamos a 500. Los costos operativos se duplicaron y la situación es crítica para muchos productores”, señaló.
Pese a las pérdidas, el rescate de la cosechadora se transformó en un símbolo de esfuerzo colectivo y esperanza para una comunidad rural golpeada por las inundaciones. “Fue un trabajo de todos. Eso es lo que mantiene viva a la gente del campo”, concluyó Iaconis.
