Soja y carne: cómo Argentina puede transformar proteína en más valor agregado y exportaciones

Soja y carne: cómo Argentina puede transformar proteína en más valor agregado y exportaciones

En la Bolsa de Comercio de Rosario, durante el Seminario ACSOJA 2025, se debatió sobre un eje estratégico para el agro argentino: cómo aprovechar mejor la proteína de la soja en la cadena de carnes y lácteos. El panel “El camino de la proteína: soja + carne. Aliados en el crecimiento del valor agregado” dejó en claro que el país tiene un enorme potencial para multiplicar exportaciones si logra integrar sus granos a la producción animal.

Hoy, Argentina exporta casi toda la harina de soja como materia prima y solo destina un 5% al consumo interno. La comparación con otros grandes jugadores globales es elocuente: en Estados Unidos o Brasil ese porcentaje llega al 40% o 50%.

Porcinos: producir más cerca de la soja

Lisandro Culasso, de Isowean, mostró el caso de su empresa, que pasó de 200 madres en 2008 a 13.000 en la actualidad, con 50.000 toneladas de carne de cerdo producidas por año y exportaciones en marcha. “Tenemos el potencial de llegar a 100.000 madres en 10 años. Europa produce cerdo con nuestra soja; eso no tiene sentido. Debemos usar esa proteína acá para crecer en valor agregado”, remarcó.


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Avicultura: un mercado que no deja de expandirse

Raúl Marsó, de Las Camelias, destacó que la carne aviar es la proteína que más crece en el mundo. Su empresa faena 280.000 pollos diarios y llegó a exportar hasta el 30% de la producción antes de la influenza aviar. “Hablar de pollo es hablar de soja y maíz. Si transformamos más grano en carne, generamos empleo, energía renovable y desarrollo regional”, explicó.

Marsó también adelantó que hacia 2030 el consumidor global pedirá cortes trozados y deshuesados, mientras que en el mercado interno se orienta a un pollo más pesado, lo que aumenta el consumo de granos forrajeros.

Lechería: más proteína, más leche

Luis Filippi, de La Sibila, contó la experiencia de su tambo intensivo con 11.000 vacas en ordeñe y una planta industrial que produce desde leche en polvo hasta fórmulas infantiles y dulce de leche para exportación. “El mundo va a necesitar más leche y Argentina tiene espacio para crecer. La proteína de soja en la dieta de nuestras vacas es clave para producir más y mejor”, señaló.

Además, subrayó el impacto social de la lechería: en Fortín Alicia (Córdoba), un pueblo de apenas 900 habitantes, su planta genera 120 empleos directos. “La lechería no solo exporta, también genera arraigo y desarrollo local. Pero necesitamos políticas de largo plazo para aprovechar ese potencial”, agregó.

Un desafío común: transformar más proteína en casa

Los especialistas coincidieron en que Argentina tiene ventajas competitivas únicas para producir proteína animal con base en la soja y el maíz. Sin embargo, la falta de previsibilidad, financiamiento y reglas claras frena inversiones.

El mensaje fue unánime: la clave del futuro está en dejar de exportar tanta materia prima y transformar más proteína dentro del país, potenciando cadenas como la carne porcina, aviar y la lechería, con empleo, arraigo y más valor agregado para las economías regionales.

Fuente: ACSOJA

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