SAF: el biocombustible que podría revolucionar la aviación y abrir un nuevo mercado para el agro argentino
El Combustible Sostenible de Aviación (SAF, por sus siglas en inglés) se perfila como una de las grandes apuestas de la transición energética global. Este biocombustible, capaz de reducir hasta un 80% las emisiones de carbono frente al combustible fósil, abre una ventana de oportunidades para el agro argentino, que podría transformarse en un proveedor clave de materias primas para su producción.
Un paso estratégico en esa dirección lo dio YPF junto a Essential Energy, al anunciar una inversión de US$ 400 millones para reconvertir la histórica refinería de San Lorenzo en “Santa Fe Bio”, una biorrefinería de última generación que producirá SAF y HVO (aceite vegetal hidrotratado) a partir de aceites vegetales, residuos y grasas animales. Se trata del primer gran proyecto vinculado al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) enfocado en biocombustibles.
¿Por qué el SAF gana protagonismo?
Mientras la electromovilidad avanza en el transporte terrestre, la aviación enfrenta un desafío mayor: no existen aún alternativas tecnológicas masivas como aviones eléctricos o a hidrógeno. El SAF surge entonces como la opción más realista y escalable para reducir la huella de carbono del sector.
Según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la aviación representa el 3% de las emisiones globales y el 10% de las generadas por el transporte. Con los acuerdos internacionales en marcha, se estima que para 2030 el mundo necesitará 14 millones de toneladas anuales de SAF, casi 10 veces más que lo producido en 2024.
Un nuevo motor para el agro argentino
El SAF permite dar mayor valor agregado a cultivos como soja, maíz y girasol, e impulsar el desarrollo de otros con gran potencial bioenergético como colza, camelina y carinata. Además, se puede elaborar a partir de grasas animales, aceites usados y biomasa, lo que amplía las oportunidades de integración con distintas cadenas productivas.
Argentina, con su capacidad agrícola e industria de biocombustibles consolidada, se posiciona como un candidato natural para sumarse a este mercado en expansión. La inversión en Santa Fe busca no solo abastecer la demanda externa, sino también consolidar al país como exportador de energía limpia.
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El mapa global del SAF
Actualmente existen más de 300 proyectos en 40 países, con fuerte liderazgo de Estados Unidos y Europa. Brasil también avanza con plantas que utilizarán soja, maíz y sebo bovino, mientras que gigantes como Boeing y Airbus ya fijaron metas: en 2030 todos sus aviones deberán estar listos para volar con 100% SAF.
La Unión Europea exigirá un corte mínimo del 2% en 2025 que crecerá hasta el 70% en 2050, mientras que Estados Unidos impulsa su desarrollo con créditos fiscales y subsidios. En América Latina, organismos como el IICA destacan que la región dispone de aceites, azúcares y almidones en abundancia, además de cadenas agroindustriales competitivas.
Una oportunidad estratégica
La transición energética redefine el papel del agro argentino. El SAF no solo representa un mercado en expansión, sino también la chance de integrar producción, sostenibilidad y exportaciones de alto valor. El desafío estará en definir políticas que permitan potenciar el autoconsumo, la comercialización y la inserción internacional de estos biocombustibles.
Fuente: Guido D’Angelo – Emilce Terré BCR