Tragedia en la Ruta 12: tres muertos y un herido grave tras el choque de una camioneta con un tren de carga

La mañana gris del sur entrerriano quedó marcada por la tragedia. En el kilómetro 190,5 de la Ruta Nacional N° 12, en el cruce con las vías del ferrocarril, una camioneta Toyota Hilux color gris —patente AE827YG— impactó contra un tren de carga. En el vehículo viajaban cuatro hombres: tres perdieron la vida y el cuarto resultó gravemente herido.

Las víctimas fatales fueron identificadas como Juan Pesalaccia (46), Darío Dannunzio (45) y Patricio Christiansen (45), todos oriundos de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. Pesalaccia y Dannunzio murieron en el acto, mientras que Christiansen falleció cuando era trasladado en ambulancia. El único sobreviviente, Diego Dannunzio (45), sufrió una fractura de fémur y permanece internado en el Hospital San Antonio de Gualeguay, fuera de peligro.

De acuerdo con las primeras pericias, el grupo se dirigía a una jornada de pesca, ya que en el interior de la camioneta se hallaron elementos relacionados con esta actividad. El siniestro fue reportado alrededor de las 6:30 por personal del Puesto de Control Vial de Gualeguay.

El impacto provocó el corte total de la ruta y desvíos hacia la Ruta Provincial N° 16, en un operativo coordinado por Bomberos Voluntarios de Ceibas.


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Más que un accidente

La magnitud del hecho reabre el debate sobre la seguridad en los cruces ferroviarios. La falta de señalización adecuada, el estado de las barreras y la escasa visibilidad en algunos tramos son factores que elevan los riesgos. Expertos en seguridad vial insisten en que no se trata de fatalidades inevitables, sino de tragedias prevenibles con políticas públicas sostenidas, controles efectivos y una cultura ciudadana más comprometida con la prevención.

En este caso, la Justicia deberá determinar las circunstancias exactas y posibles responsabilidades. Pero mientras tanto, el dolor se expande más allá de Entre Ríos y golpea de lleno a la comunidad bonaerense de Tres Arroyos, que llora la pérdida de tres de sus vecinos.

Cada accidente vial deja una enseñanza pendiente. El recuerdo de lo ocurrido en el kilómetro 190,5 de la Ruta 12 debería transformarse en acción: mejorar la infraestructura, reforzar la educación vial y priorizar la vida por encima de la prisa. Solo así se evitará que nuevas sirenas vuelvan a anunciar otra tragedia.

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