El pulso de la soja cambia de rumbo: China mira al Río de la Plata
En el tablero global de la soja, la guerra comercial entre Washington y Pekín sigue escribiendo capítulos inesperados. Mientras en el corazón agrícola de Estados Unidos las cosechadoras se alistan para levantar una nueva campaña, China ya tomó una decisión que resuena en los puertos del Río de la Plata: no comprará un solo poroto norteamericano.
En cambio, los barcos que zarpen desde Argentina y Uruguay serán protagonistas. Se calcula que el gigante asiático importará hasta 10 millones de toneladas de la oleaginosa desde estas costas entre septiembre y agosto próximo. Para la región, un récord; para Estados Unidos, un golpe duro en su tradicional hegemonía exportadora.
El viraje no es improvisado. Desde la primera guerra comercial desatada en 2018 por Donald Trump, Pekín aprendió la lección: diversificar proveedores y evitar depender de un único origen. Brasil se convirtió en su socio central, pero ahora los ojos chinos también se posan con fuerza sobre el sur de Sudamérica.
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Los números lo confirman. Solo entre septiembre y mayo ya se reservaron 2,43 millones de toneladas de soja rioplatense. Y los datos de aduana muestran que en la última campaña el volumen comprado a Argentina y Uruguay trepó a 5 millones de toneladas, un anticipo de lo que vendrá.
La apuesta china impacta de lleno en el mercado local. En Rosario, la soja superó los $400.000 por tonelada en la última semana, más de $60.000 por encima de los valores de julio. Las exportaciones también pisan fuerte: en julio se cuadruplicaron frente al mismo mes del año pasado y agosto se perfila como uno de los mejores registros históricos.
Sin embargo, no todo es festejo. El negocio de la industrialización muestra claroscuros: mientras el aceite de soja se beneficia de la demanda internacional, la harina toca mínimos de 15 años, lo que empuja a exportar más grano sin procesar.
Así, entre compras récord, precios firmes y un mercado en plena ebullición, la soja confirma que es mucho más que un cultivo: es el escenario donde se juegan estrategias globales y también las cuentas del día a día en los puertos argentinos y uruguayos.