El Gobierno bajó retenciones de forma permanente, pero crece la duda por el dólar tras las elecciones

El Gobierno bajó retenciones de forma permanente, pero crece la duda por el dólar tras las elecciones

El Gobierno nacional confirmó la reducción permanente de las retenciones para los principales productos agroindustriales, una medida que busca aliviar al sector y dar señales de previsibilidad. Sin embargo, el foco ahora se traslada a la evolución del tipo de cambio tras las elecciones de octubre.

A partir del 1° de julio, la alícuota para el grano de soja se fijó en 26%, y en 24% para la harina y el aceite. En tanto, las retenciones para maíz y sorgo bajaron del 12% al 9,5%, mientras que para el complejo girasol quedó en 5,5%. Para el trigo y la cebada, se mantuvieron en 9,5%.

Desde el Ejecutivo explicaron que la medida fue posible gracias al repunte de la economía en 2024 y la primera mitad de 2025, con un notable crecimiento en las exportaciones agroindustriales. Actualmente, el sector genera exportaciones por cerca de U$S 48.000 millones anuales, de los cuales el 75% corresponde a las cadenas de granos y carnes.

Un guiño al campo… con trasfondo electoral

El anuncio, que llega en plena campaña electoral, también responde a una decisión política: evitar el desgaste del voto rural, clave en distritos como la provincia de Buenos Aires, que vota el 7 de septiembre, y a nivel nacional en octubre.

La medida despeja la incertidumbre que arrastraban los productores respecto a las retenciones. Sin embargo, ahora el interrogante gira en torno al tipo de cambio post elecciones. Muchos se preguntan si habrá una devaluación para corregir el atraso cambiario, ya que para los productores la soja funciona como un mecanismo de ahorro en dólares.

Dólar más alto, ingresos mejores… pero también más costos

La baja de retenciones coincide con un dólar oficial que cerró esta semana en $1.300 para la compra y $1.350 para la venta, acercándose al techo de la banda de $1.400. Esta combinación genera una mejora temporal en el ingreso del productor y en la relación insumo/producto.

Sin embargo, la presión inflacionaria —impulsada por el aumento de combustibles, entre otros factores— sigue afectando los márgenes. En julio, YPF aumentó más de un 6% promedio en todo el país, para compensar el tipo de cambio, los biocombustibles y los impuestos.


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“Aunque el dólar sube y bajan las retenciones, el productor sigue necesitando más granos para cubrir los mismos gastos”, explican desde el sector.

Soja: baja voluntad de venta y retención estratégica

Pese al nuevo esquema, no se observa un aumento en las ventas de soja. Los productores mantienen su estrategia: vender lo mínimo necesario para afrontar pagos y adquirir insumos para la siembra de cultivos de verano.

Hasta el momento, se comercializaron 21 millones de toneladas (entre precio y fijaciones), lo que representa un 42% de la cosecha total estimada en 50 millones de toneladas. Si se descuentan 5 millones de toneladas como stock final, quedan en manos de los productores 24 millones de toneladas sin vender.

A un precio FOB de U$S 400, ese volumen representa U$S 9.600 millones retenidos por el campo.

El sector coincide en que no habrá ventas masivas en el segundo semestre, al menos hasta conocer el resultado electoral. Luego, se esperaría una mejora en los precios por una mayor necesidad de compra de la industria aceitera.

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