Con foco en la sustentabilidad y el desarrollo rural, un innovador proyecto en la cuenca del arroyo Gómez busca frenar la erosión hídrica, optimizar el uso del agua y proteger caminos rurales.
En Entre Ríos, una de las provincias con mayores desafíos por erosión hídrica, se está llevando adelante una de las intervenciones más ambiciosas en conservación de suelos a nivel provincial. El proyecto, que abarca más de 7.600 hectáreas en la cuenca del arroyo Gómez —entre Libertador San Martín y General Racedo, en el departamento Diamante—, apunta a frenar la pérdida de suelo fértil, mejorar la infraestructura vial rural y potenciar la sostenibilidad agropecuaria.
La iniciativa incluye el diseño y ejecución de más de 2.800 kilómetros de terrazas de evacuación y 570 kilómetros de canales colectores, con una mirada integral que considera tanto el ordenamiento territorial como la mejora de la calidad de vida en las comunidades rurales.
“Trabajar a escala de cuenca nos permite tener un impacto real: reducimos la pérdida de suelo de 17 a 4,6 toneladas por hectárea por año y evitamos pérdidas anuales de más de 2.200 toneladas de maíz, 480 de trigo y 380 de soja”, explicó Jorge Gvozdenovich, referente en conservación de suelos del INTA Entre Ríos y coordinador técnico del proyecto.
El avance de la erosión en la región responde a una combinación de factores: suelos con baja infiltración, pendientes marcadas, lluvias intensas y prácticas agrícolas sin enfoque conservacionista. Esta situación no solo afecta la productividad, sino también la red vial, indispensable para el transporte de la producción.
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“Más del 54 % de la cuenca aún no tiene prácticas de sistematización. Hay lotes que pierden hasta 20 toneladas de suelo por hectárea al año, muy por encima del límite tolerable de 5. Con esta intervención esperamos reducir esas pérdidas en un 73 %”, detalló Gvozdenovich.
Además de los beneficios agronómicos, el proyecto tiene un fuerte impacto sobre la infraestructura rural. Al disminuir los caudales de agua que escurren hacia los caminos, se reducen los daños en la red vial, mejorando la transitabilidad y bajando los costos de mantenimiento. Esto se traduce en mejores condiciones para la producción y el desarrollo socioeconómico de la región.
El plan se enmarca en una estrategia interinstitucional que reúne a la Fundación Proiectum, el INTA, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, la UBA, organismos provinciales, municipios, cooperativas y productores. La ejecución de las obras comenzó en 2024 y se proyecta su finalización para julio de 2025.
“Este proyecto marca un cambio de paradigma. Dejamos atrás el abordaje aislado por lotes y empezamos a pensar la conservación del suelo a nivel de cuenca, con una mirada sistémica, participativa y de largo plazo”, remarcó Gvozdenovich.
En el marco del Mes Nacional de la Conservación del Suelo, este enfoque será uno de los ejes de la Jornada Regional de Manejo y Conservación de Suelos de la Región Centro, que se realizará este 29 de julio en la ciudad de Paraná, con participación de técnicos, investigadores y productores de toda la región.
Fuente: INTA Informa