🌧️ ¿Hacer llover a pedido? Así avanza la tecnología para modificar el clima en Argentina
La idea de fabricar lluvia no es nueva: data de la década del 40. Pero en los últimos años, la ciencia y la tecnología le dieron un fuerte impulso al sueño de intervenir el clima. Países como China y Emiratos Árabes ya aplican drones que “bombardean” nubes para provocar precipitaciones. Y en Argentina, proyectos científicos también avanzan en esa dirección, con desarrollos que van desde la lucha contra las heladas hasta la generación de lluvias artificiales.
En Mendoza, la Facultad de Ciencias Aplicadas de la UNCuyo lidera un ambicioso programa que apunta a mitigar los efectos del clima extremo. Entre sus líneas de investigación se destacan:
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Un sistema para proteger cultivos de las heladas
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El desarrollo de tecnología para estimular lluvias
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Y una propuesta para montar una cámara de glaciación, un espacio experimental que simula nubes para testear la efectividad de sustancias como el ioduro de plata, con una composición diferente a la actualmente usada.
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En paralelo, la Universidad Nacional de Córdoba trabaja en un avión no tripulado diseñado para llegar hasta las nubes y facilitar estas intervenciones.
🌨️ Un poco de historia: la nieve artificial que lo inició todo
El primer gran hito en la manipulación del clima ocurrió en 1946, cuando el químico y meteorólogo Vincent Schaefer, en un laboratorio de General Electric, creó por accidente una nube de cristales de hielo al introducir hielo seco en un congelador. Fascinado por el resultado, el 13 de noviembre de ese año llevó su experimento al cielo: desde un avión esparció hielo seco sobre una nube en el norte de Nueva York… y provocó una nevada. Así nació el proyecto “Cirrus”, bajo la dirección del Nobel de Química Irving Langmuir, que buscaba intervenir fenómenos climáticos.
Desde entonces, los intentos por controlar el clima se multiplicaron. Hoy, existen múltiples compañías dedicadas a la siembra de nubes, reunidas en asociaciones internacionales, que definen esta técnica como una forma de “alterar sistemas nubosos mediante bengalas pirotécnicas o generadores líquidos para favorecer lluvias”.
☁️ ¿Ciencia ficción o herramienta agrícola del futuro?
La manipulación climática despierta entusiasmo y escepticismo por igual. Para la agricultura, el acceso al agua —o su ausencia— es un factor crítico. En este contexto, las tecnologías que prometen incrementar las precipitaciones o evitar granizo y heladas cobran cada vez más interés, aunque también exigen fuertes inversiones y validación científica.
En Argentina, el desafío no es solo técnico, sino también económico. Para que estos desarrollos se conviertan en herramientas reales, se necesitan aportes estatales o privados que permitan escalar y probar en campo estas soluciones climáticas de alto impacto.