La venta de maquinaria agrícola podría crecer en 2025

La venta de maquinaria agrícola podría crecer en 2025

El mercado de maquinaria agrícola en Argentina ha enfrentado diversas fluctuaciones en los últimos dos años, evidenciado por los datos de patentamiento de equipos como tractores, cosechadoras y pulverizadoras. En 2022, la venta de tractores mostró un leve aumento con respecto al año anterior, sin embargo, el número total continúa siendo insuficiente para satisfacer las necesidades del sector agrícola. Por otro lado, las cifras de patentamiento de cosechadoras y pulverizadoras han permanecido estables, lo que refleja una falta de innovación y un estancamiento en la modernización del parque de maquinaria agrícola.

La dependencia del agro argentino de la economía nacional se hace evidente, ya que este sector representa una parte significativa del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Sin embargo, la falta de inversión en nuevas tecnologías ha limitado la rentabilidad y la competitividad de las explotaciones agrícolas. El parque de maquinaria actual, en su mayoría obsoleto, impide a los productores argentinos acceder a métodos más eficientes y rentables para la producción de cultivos. Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de renovación tecnológica para hacer frente a los desafíos que plantea el mercado global.

Además, la modernización de la maquinaria no sólo impactaría en la productividad, sino que también potenciaría la sostenibilidad del sector, permitiendo una gestión más eficiente de los recursos naturales. A medida que el mundo avanza hacia prácticas más responsables en la agricultura, Argentina debe estar a la vanguardia de esta transición para no perder competitividad. La situación actual del mercado de maquinaria agrícola es un claro llamado a la acción que debe ser atendido por todos los actores involucrados en la cadena de producción.


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Factores que afectan la actividad y competitividad del sector

En el contexto de la maquinaria agrícola en Argentina, existen múltiples factores que limitan tanto el crecimiento como la modernización de este sector. Uno de los principales aspectos a considerar es la inestabilidad económica, que genera incertidumbre entre los agricultores y productores. Esto, a su vez, afecta la inversión necesaria para actualizar los equipamientos agrícolas, dificultando su competitividad en el mercado global. En un análisis reciente, se observó que el 65% de los productores rurales mencionan la volatilidad económica como una de las principales barreras para planificar inversiones a largo plazo.

Otro factor crítico es la presión impositiva que afecta a los agricultores y a las empresas del rubro. Los altos costos de los impuestos pueden desincentivar a los constructores de maquinaria a mejorar sus operaciones, dado que una parte significativa de los ingresos debe destinarse a cumplir con estas obligaciones fiscales. La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros Equipamientos (AFAT) ha expresado, en diversos foros, cómo las cargas impositivas desproporcionadas impactan directamente en los costos operativos y la capacidad de innovación de las empresas del sector.

Además, el alto costo de importación de insumos se convierte en un desafío mayúsculo. Si bien Argentina cuenta con el potencial para producir maquinaria agrícola de calidad, la dependencia de maquinaria y partes importadas incrementa los costos. Según datos de AFAT, la importación de componentes puede representar hasta un 30% del costo total de producción en algunas fábricas locales. Este encarecimiento no solo obstaculiza la producción, sino que también impacta en el acceso a tecnología más avanzada, lo que limitaría la competitividad a largo plazo.

Así, se observa que la conjunción de la inestabilidad económica, la presión impositiva y el alto costo de importación de insumos se traduce en un panorama desafiante para el sector agrícola, afectando su capacidad de inversión y su competitividad en el mercado internacional.

Medidas implementadas y su impacto en el sector

En 2024, el gobierno argentino ha tomado una serie de medidas destinadas a enfrentar los desafíos que presenta el sector agrícola. Uno de los problemas más críticos ha sido la demora en los pagos a proveedores del exterior, lo que ha afectado la capacidad de los productores para acceder a insumos y tecnología necesarios para mejorar la productividad. Para remediar esta situación, se ha implementado un sistema de pagos más ágil, facilitando el acceso a divisas y reduciendo los tiempos de espera para las empresas que dependen de importaciones.

Además, se ha trabajado en la simplificación de los procesos de importación. Anteriormente, los trámites podían ser engorrosos y demorados, lo que repercutía negativamente en la planificación y ejecución de las actividades agrícolas. Con la agilización de estos procesos, los productores pueden contar con los insumos en un tiempo más reducido, permitiendo una respuesta más rápida a las demandas del mercado y optimizando así la cadena de producción.

En paralelo, la reducción de impuestos ha sido una estrategia clave para incentivar la inversión en el sector. La eliminación del controvertido impuesto país y la disminución de los derechos de exportación han aliviado la carga fiscal sobre los productores. Esto no solo mejora la rentabilidad de las operaciones agrarias, sino que también promueve el crecimiento de las exportaciones, lo cual es fundamental para la economía nacional. Con un entorno impositivo más competitivo, se espera que nuevos inversores se unan al sector agrícola, generando un incremento en la producción y, por ende, en el empleo.

El camino a seguir debe centrarse en continuar estas políticas de apoyo, junto con la inversión en infraestructura y tecnología, para consolidar un entorno que no solo promueva la inversión, sino que también garantice la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo del sector agrícola en Argentina.

Perspectivas futuras: proyecciones y oportunidades de crecimiento

El mercado de maquinaria agrícola en Argentina se encuentra en un punto de inflexión, donde las proyecciones para el período 2023-2025 apuntan a un crecimiento significativo, estimado en un 10% en las ventas si se implementan estrategias de financiamiento adecuadas. Esta expansión no solo depende de la demanda latente en el sector agroindustrial, sino también de la capacidad de los productores para acceder a los recursos necesarios para la renovación de maquinaria. El parque de maquinaria actual, en muchos casos obsoleto, necesita ser modernizado para incrementar la eficiencia y la productividad en las actividades agrícolas.

La renovación de esta maquinaria desempeña un papel esencial en la mejora de los rendimientos y en la sostenibilidad del sector agroindustrial. Equipos más eficientes pueden contribuir a un uso más efectivo de los recursos, lo que resultaría en una producción más competitiva y capaz de adaptarse a los desafíos climáticos y del mercado. En esta dirección, las recomendaciones de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT) son claras: el sector necesita priorizar la innovación y la capacitación de los agricultores en el uso de nuevas tecnologías.

Asimismo, el acceso a financiamiento adecuado, la mejora de la infraestructura vial y la oferta de créditos accesibles son elementos cruciales que influirán en este desarrollo. Las instituciones financieras deben considerar ofrecer planes de financiamiento que se ajusten a las capacidades de los agricultores, permitiendo que más productores se aventuren a adquirir maquinaria eficiente. En conclusión, si se alinean adecuadamente los intereses de los sectores involucrados y se mejora el acceso a los recursos, Argentina tiene una oportunidad única para revigorizar su industria de maquinaria agrícola, potenciando así el crecimiento del agro y su economía en general.

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