El carbón del maní es una enfermedad devastadora causada por un hongo que transforma los granos en una masa carbonosa de esporas de color castaño-oscuro. Desde su primera aparición en Argentina en 1995, esta enfermedad ha aumentado su prevalencia y severidad en las regiones maniseras, particularmente afectando los cultivos en Córdoba.
El monitoreo sistemático y continuo, realizado por el Instituto de Patología Vegetal del INTA, es fundamental para recopilar información sobre la distribución e incidencia del carbón del maní. A través de la colaboración con la Fundación Maní Argentino, se genera información vital que respalda la toma de decisiones y la implementación de estrategias de manejo precisas. Este enfoque permite identificar áreas de alto riesgo y establecer medidas preventivas, lo que reduce el impacto de la enfermedad en el rendimiento de los cultivos.
Te puede interesar
- Pronóstico de lluvias hasta el 21 de octubre
- Soja: ¿esperar a recargar el perfil o sembrar temprano?
- El mercado automotor argentino se recupera: septiembre, un mes destacado para las pick-ups
- ¿Cuánta soja hace falta para comprar una pick up o una cosechadora?
- Pronóstico climático para el trimestre octubre-diciembre 2024
Uno de los mayores desafíos que presenta el carbón del maní es la capacidad de supervivencia de sus esporas, las cuales pueden permanecer viables en el suelo por más de seis años. Además, la dispersión de estas esporas durante la cosecha facilita su propagación. Las investigaciones indican que la incidencia de la enfermedad en lotes puede generar pérdidas considerables en la producción, oscilando entre un 25% y un 35%. Es esencial que los agricultores y especialistas sigan de cerca la evolución de esta enfermedad para desarrollar enfoques de manejo efectivos, incluyendo la selección de variedades resistentes y el uso estratégico de fungicidas.
