Conocido como orobanche cumana, este organismo parásito afecta las raíces del girasol de manera significativa. Su forma de tubérculo pequeño llega a impactar el crecimiento, rendimiento y supervivencia de estos cultivos, haciéndolo una preocupación creciente para los productores agrícolas.
Una vez que el orobanche cumana emerge, lo hace sin hojas ni clorofila pero con flores y una gran cantidad de semillas altamente reproductivas. Originaria de Eurasia y previamente detectada en Europa, el norte de África y China, su última aparición en América del Sur, particularmente en Santa Cruz, Bolivia, ha llevado a especialistas del INTA a recomendar medidas de prevención urgentes.
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Fernando Giménez del INTA advierte sobre la “altísima capacidad invasiva y reproductiva” del orobanche cumana, sugiriendo que es crucial vigilar los cultivos y actuar de manera temprana. Las semillas del jopo son ínfimas y pueden transportarse fácilmente en semillas de girasol, maquinarias, agua, animales y hasta por el viento. Además, pueden sobrevivir hasta 20 años en el suelo, lo que complica aún más la erradicación una vez que se establecen.
Es vital estar atentos a cambios en el color, tamaño o salud de las plantas de girasol. La presencia de orobanche spp. puede notarse en deformidades en las raíces o brotes parásitos emergiendo en la base de los tallos. Si se detectan estas condiciones, se debe llevar a cabo una inspección cuidadosa y reportar cualquier sospecha al INTA.