Vendan los granos: la osada recomendación de un reconocido economista a los productores agropecuarios
En su reciente intervención en el 3er Congreso Internacional del Maíz en Córdoba, Salvador Di Stéfano, reconocido analista financiero, ofreció un consejo inesperado y audaz al sector agropecuario. Durante su presentación, Di Stéfano recomendó enfáticamente que los agricultores del país deberían gastar sus dólares de inmediato invirtiendo en activos reales. A su juicio, estos activos no solo permitirían a los agricultores protegerse de la depreciación del valor del dólar, sino también fomentar un crecimiento sostenible y eficiente en sus operaciones.
Di Stéfano argumentó que una acumulación de dólares en sí misma no aporta valor a largo plazo en el contexto económico actual. En cambio, insistió en la necesidad de poseer activos tangibles que generen valor, como maquinaria agrícola, tierras y tecnología avanzada. Subrayó que estos activos reales pueden mejorar la eficiencia operativa y, en última instancia, fortalecer la competitividad del sector agropecuario.
El analista también hizo hincapié en la importancia de definir estrategias claras y bien articuladas para maximizar la eficiencia operativa. Destacó que, en el entorno económico actual, es esencial que los agricultores se concentraran en lo que mejor saben hacer: producir. Según Di Stéfano, una estrategia enfocada en la especialización y optimización de los recursos puede resultar en una reducción significativa de los costos unitarios de producción, lo que sería fundamental para mantener la rentabilidad en condiciones de mercado volátiles.
Finalmente, Salvador Di Stéfano recordó a los presentes que la escala empresarial es un factor crucial en la reducción de costos. Instó a los agricultores a pensar en grande y considerar la expansión de sus operaciones a través de inversiones en activos tangibles. Según él, una mayor escala podría ofrecer economías de escala que permitirían a los agricultores aprovechar mejor sus recursos y optimizar sus costos de producción
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El cambio en el escenario económico y las implicaciones para el sector agropecuario
El analista económico Salvador Di Stéfano enfatizó un cambio significativo en el panorama económico actual, donde la inflación y la devaluación ya no ocupan un lugar preponderante en las inquietudes del sector agrario. En vista de estas nuevas circunstancias, las estrategias financieras que han sido practicadas durante años requieren una revisión profunda. En el pasado, era común mantener inventarios y reservar divisas como un modo de preservar el valor. Sin embargo, en la realidad presente, resulta esencial movilizar la mercancía y asegurar su rentabilidad inmediata.
La revalorización del peso argentino está alterando las normas tradicionales del juego financiero. Para los actores del sector agrario, esta transformación implica la necesidad de vender activos reales en lugar de mantener dólares inmovilizados. Según Di Stéfano, la acumulación de reservas en divisas no promete beneficios sustanciales en la actual economía; en cambio, los activos tangibles y las propiedades están marcando el rumbo hacia una nueva época de revancha financiera.
Adaptarse a este cambio es imperativo para garantizar el éxito, ya que las estrategias financieras del pasado pueden resultar obsoletas bajo la nueva valoración de la moneda local. El consejo de Di Stéfano gira en torno a la necesidad de deshacerse de los inventarios y convertir activos en formas más líquidas y con mayor potencial de generación de valor. Además, sugiere que esta transición hacia activos reales permitirá al sector agrario no solo sobrevivir, sino también prosperar en un escenario económico recalibrado.
En resumen, la revalorización del peso presenta tanto desafíos como oportunidades y demanda una reevaluación de las estrategias económicas. El sector agrario se encuentra en una encrucijada donde la capacidad de adaptarse y tomar decisiones informadas podría definir su futuro a largo plazo.
Perspectivas a corto plazo y el impacto en las decisiones financieras
El ‘gurú del dólar blue’ ha enfatizado la importancia de considerar cuidadosamente las perspectivas a corto plazo al tomar decisiones financieras. En este contexto, ha destacado varios temas clave que acaparan la atención del sector agrícola, incluyendo el blanqueo de capitales, las moratorias fiscales, los adelantos de bienes personales y las privatizaciones. Estos factores son críticos para ajustar estrategias financieras de manera efectiva.
Di Stéfano ha subrayado que, aunque el sector agrícola enfrenta desafíos, también se han registrado mejoras significativas en las exportaciones de petróleo y energía. Este crecimiento sostenido se espera que continúe hasta el 2030, proyectando alcanzar exportaciones de hasta 30.000 millones de dólares en los sectores de energía y minería. Este incremento no solo ofrece oportunidades, sino que también posiciona a estos sectores por encima de las exportaciones tradicionales de granos en términos de ingresos.
Esta evolución refleja la necesidad de que los actores del agro adapten sus estrategias y se alineen con un esquema financiero más dinámico. Mover el stock de manera oportuna se convierte en una medida crucial para evitar pérdidas económicas significativas. En un panorama volátil, mantener una actitud proactiva en la gestión de activos reales puede ser la clave para asegurar la estabilidad financiera y aprovechar las oportunidades emergentes.
Así, el consejo del experto sobre la venta de activos reales cobra especial relevancia en el contexto actual. La combinación de factores como la moratoria y los adelantos de bienes personales, junto con las tendencias positivas en la energía y la minería, ofrece una hoja de ruta clara para aquellos en el sector agrícola. Adaptarse a estas condiciones cambiantes con estrategias de venta inteligentes podría resultar decisivo para la prosperidad financiera a largo plazo.
La estrategia de valor agregado y su relevancia en un contexto de baja inflación
Di Stéfano, reconocido como el ‘gurú del dólar blue’, ha subrayado la importancia de la estrategia de valor agregado en la agricultura, especialmente en tiempos de baja inflación. Según él, la política económica actual está diseñada para beneficiar aquellos sectores que puedan aumentar el valor de sus productos, más que a los agricultores que únicamente producen materias primas. Esta distinción es fundamental para entender las recomendaciones de Di Stéfano para los agricultores.
En este contexto, la clave está en ampliar las operaciones y buscar la escala en sectores como la ganadería, el tambo, el cerdo y el pollo. La razón detrás de esta recomendación es sencilla: la economía de escala permite reducir los costos unitarios a medida que aumenta la producción, lo que lleva a una mayor competitividad en el mercado. Los agricultores, al centrarse en la eficiencia y en estrategias de crecimiento, pueden aprovechar al máximo estos beneficios.
Apostar por el valor agregado significa transformar productos básicos en bienes más complejos y valorados, lo que puede resultar en mayores ingresos y una mejor posición en el mercado. Por ejemplo, en lugar de vender sólo leche, los productores pueden diversificar y ofrecer productos derivados como quesos, yogures y otros lácteos que tengan mayor demanda. Este enfoque no sólo incrementa los ingresos, sino que también diversifica el riesgo económico.
Además, es crucial que los agricultores innoven y adopten nuevas tecnologías para mejorar sus procesos. La digitalización y la adopción de técnicas avanzadas en el manejo de cultivos y ganado pueden aumentar la eficiencia y la productividad, asegurando que se mantengan competitivos a nivel nacional e internacional. Di Stéfano enfatiza que, en un entorno económico en el que la inflación está controlada, la eficiencia operativa y la capacidad de agregar valor son las mejores estrategias para prosperar.