Situación actual de la ganadería bovina: precios, faena y producción

Situación actual de la ganadería bovina: precios, faena y producción

Evolución de precios

El sector ganadero ha experimentado un significativo aumento en los precios de las categorías de invernada y de la vaca conserva, desde el 1° de noviembre pasado, aunque estos incrementos no han alcanzado a igualar la inflación acumulada en el mismo período. Los precios de los terneros de entre 180 a 200 kilos han aumentado un 110%, mientras que la vaca conserva ha visto un incremento del 65%. A pesar de estas subidas, la inflación acumulada ha sido de un 164,67%, lo que crea una notable disparidad entre los costos de producción y los ingresos obtenidos por los ganaderos.

La diferencia entre los precios de los productos y la inflación representa un desafío considerable para los productores bovinos. La inflación ha aumentado de manera continua, afectando no solo los precios de los productos ganaderos, sino también todos los insumos necesarios para mantener la operatividad del sector. Por ejemplo, el índice de insumos ganaderos se ha incrementado un 135%, un porcentaje que está aún por debajo de la inflación general del 165%. Esta discrepancia revela una situación compleja: los costos de producción están creciendo rápidamente sin que los precios de los productos puedan seguir el mismo ritmo.

Las dificultades para los ganaderos son múltiples. La subida de los precios de la invernada y la vaca conserva no logra compensar la escalada inflacionaria, lo que reduce los márgenes de ganancia. Además, los productores se ven obligados a enfrentar mayores costos en insumos como alimentación, medicamentos y equipamientos, que también han escalado en precio. La situación demanda una estrategia meticulosa y quizás la búsqueda de ayudas o subsidios para hacer sostenible la producción ganadera en este entorno económico adverso.


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Faena y stock de hembras: tendencias y proyecciones

En el mes de julio, la participación de las hembras en la faena de ganado bovino registró un 47,9%, marcando una disminución interanual luego de meses consecutivos de aumento. Este cambio en la tendencia es significativo, ya que las cifras históricas muestran una estabilidad prolongada en los porcentajes de faena de hembras. Sin embargo, las proyecciones para el año 2024 anticipan una faena de aproximadamente 2,8 millones de vacas, con una tasa de extracción del 12,5%. Esta cifra supera el equilibrio de extracción observado en años anteriores, donde la tasa se ubicaba en torno al 10,9%. Tal incremento sugiere una nueva reducción en el stock de vientres hacia finales de 2023.

Datos recientes derivados de la vacunación contra la fiebre aftosa respaldan estas proyecciones, indicando una caída en el stock de vacas en torno a 800 mil animales en comparación con el otoño de 2023. Este descenso en el stock de vacas es un punto crítico, ya que afecta directamente la capacidad de reposición y a largo plazo impacta la producción de carne bovina.

Por otro lado, la faena de vaquillonas mantiene un nivel alto en lo que va del año. Con una proyección de 3,4 millones de animales faenados, esta cifra posiciona la faena de vaquillonas en el séptimo lugar de importancia en los últimos 17 años. Para el 2024, se prevé una tasa de extracción del 46%, lo que evidencia una estrategia de manejo de stock donde las vaquillonas tienen un rol cada vez más relevante.

Es fundamental continuar monitoreando estas tendencias en faena y stock de hembras, ya que son indicadores clave para el futuro de la ganadería bovina. Los productores y partes interesadas deben estar informados y preparados para ajustar sus estrategias de manejo y producción en respuesta a estas proyecciones y datos emergentes.

Costos de producción: impacto de los incrementos en insumos

En el escenario actual de la ganadería bovina, los costos de producción han experimentado sustanciales incrementos, afectando directamente la rentabilidad de los productores. Durante el bimestre noviembre-diciembre de 2023, el índice ponderado de insumos ganaderos mostró un alarmante aumento del 84%. Aunque en los meses siguientes se registraron subidas más modestas —4,8% en enero, 1,8% en febrero y 1,1% en marzo— en abril el índice volvió a presentar un significativo incremento del 7,5%, reiterado en junio, para luego moderarse a un 2,8% en julio.

Desde noviembre del año anterior, el índice total de insumos ganaderos ha aumentado un 135%. Este fenómeno, aunque menor al incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que alcanzó un 165%, sigue superando el ritmo de devaluación. Los insumos que han impactado considerablemente en estos costos incluyen pasturas, maíz y gasoil, esenciales en la producción ganadera. Estos aumentos imponen una carga económica considerable sobre los productores, quienes no han visto reflejadas estas subidas en el precio de venta de sus productos de manera proporcional.

Una comparación clara se observa en el precio del novillo en Cañuelas, que incrementó en un 136%, insuficiente para equiparar el aumento de los costos de insumos. Este desajuste financiero fuerza a los productores a enfrentar márgenes de ganancia reducidos, comprometiendo la sostenibilidad de su actividad y limitando las posibilidades de inversión en mejoras tecnológicas o expansión productiva. El disparate entre los costos de insumos y el precio de venta representa un desafío significativo para la estabilidad económica del sector ganadero.

La persistencia de este contexto de incrementos en costos sin la correspondiente compensación en precios de venta subraya la necesidad urgente de estrategias y políticas que mitiguen el impacto financiero sobre los productores ganaderos. Sin la implementación de medidas efectivas, el panorama para la producción ganadera continuará siendo complejo y desafiante.

Monitoreo de eficiencia productiva y perspectivas a futuro

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Cuenca del Salado ha realizado un seguimiento constante de la eficiencia productiva en un grupo de establecimientos de cría desde 2004. Este esfuerzo ha permitido recopilar y analizar datos clave para la industria ganadera, con el propósito de identificar patrones y proponer mejoras que promuevan la sostenibilidad y rentabilidad del sector.

Un informe reciente, correspondiente al otoño de 2024, destaca que el índice de preñez ha alcanzado el 86,9%, mostrando un aumento significativo de 4,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Este dato es de suma relevancia para los productores, ya que la preñez es un indicador vital del rendimiento reproductivo y, por ende, de la productividad global de los rodeos.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. A pesar de la mejora en el índice de preñez, el número de vientres ha disminuido un 3,8% hasta diciembre pasado. Esta reducción en la población de vientres tiene un impacto directo en las perspectivas futuras de producción de terneros. Con base en estos números, se proyecta una mejora del 1,5% en el número de terneros para diciembre próximo, lo cual, aunque positivo, no es suficiente para contrarrestar completamente la disminución de vientres.

El estudio, que abarca 1.017 rodeos y una población de aproximadamente 280 mil vientres, pone en evidencia tanto los avances como los desafíos persistentes en la eficiencia productiva de la ganadería bovina. La reducción en el número de vientres es un factor limitante significativo que condiciona las perspectivas de mejora en la producción de terneros a futuro, subrayando la necesidad de estrategias integrales para optimizar los procesos reproductivos y garantizar un crecimiento sostenido del sector.

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