Un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Marcos Juárez, Córdoba, ha llevado a cabo un estudio pionero sobre la incorporación de semillas de lino en la dieta de los cerdos. El objetivo era evaluar el impacto de esta adición en la calidad de la carne y en los productos elaborados, como el salame.
De acuerdo con Sebastián Marini, especialista en producción animal del INTA, la inclusión de semillas de lino en la dieta de los cerdos provocó un cambio significativo y favorable en la composición de ácidos grasos tanto en la grasa intramuscular como en la dorsal. Específicamente, se registró un aumento en el contenido de ácidos grasos poliinsaturados y omega-3, y una reducción en los ácidos grasos saturados.
Impacto en la calidad de los salames
Las mejoras no se limitaron solo a la carne cruda. Las características mejoradas de las grasas también se preservaron en los salames, obteniendo así un producto de mejor calidad nutracéutica. Los consumidores percibieron favorablemente estos salames mejorados, apoyando las conclusiones de Marini sobre el valor añadido y la potencial aceptación en el mercado.
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El crecimiento del sector porcino
Desde hace más de una década, la actividad porcina en Argentina ha mostrado un crecimiento sostenido. Este auge ha sido impulsado por el aumento del consumo interno y la creciente demanda de productos derivados como los salames. La investigación del INTA no solo contribuye a mejorar la calidad de los productos, sino que también responde a la demanda creciente de alimentos funcionales que benefician la salud.
