Blanqueo de capitales: hay beneficios especiales para quienes regularicen menos de u$s 100.000

Blanqueo de capitales: hay beneficios especiales para quienes regularicen menos de u$s 100.000

El blanqueo de capitales, conocido también como regularización de activos no declarados, se ha convertido en una herramienta esencial para que los contribuyentes puedan poner en regla sus bienes y activos financieros. Este régimen, impulsado por el gobierno, tiene como objetivo principal permitir que las personas y entidades regularicen su situación fiscal mediante la declaración de activos previamente ocultos al fisco.

Una de las particularidades más notables de este régimen es su accesibilidad para una amplia gama de contribuyentes. Aunque comúnmente se asocia con grandes empresas o individuos con altas sumas de dinero no declaradas, el blanqueo también tiene beneficios significativos para aquellos que regularicen menos de u$s 100.000.

El régimen establece un mínimo imponible, lo que significa que aquellos que deseen regularizar montos inferiores a dicha cantidad pueden hacerlo con mayores facilidades y con condiciones favorables. Esto desmitifica la creencia de que el blanqueo de capitales está diseñado exclusivamente para grandes contribuyentes. En realidad, son muchas las personas de ingresos medios que pueden aprovechar esta oportunidad para regularizar activos pequeños y así legalizar su situación fiscal sin incurrir en altos costos adicionales.

Un aspecto crucial del actual régimen de blanqueo es la fecha límite fijada para el 30 de septiembre. Esta fecha marca la última oportunidad para declarar tenencias en efectivo sin costo alguno, proporcionando un incentivo adicional para que los contribuyentes actúen prontamente. Ignorar esta fecha podría resultar en sanciones y en la pérdida de ventajas fiscales, por lo que es imprescindible considerar el blanqueo como una opción viable dentro de este marco temporal.

Comprender estas normas y umbrales es esencial para que cada contribuyente pueda evaluar su situación y tomar decisiones informadas respecto a la regularización de sus activos. Esta flexibilidad en el blanqueo para aquellos que declaren menos de u$s 100.000 demuestra el compromiso del gobierno en facilitar la inclusión fiscal y económica de todos los sectores.


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Beneficios específicos para pequeños contribuyentes

El blanqueo de capitales ofrece una serie de beneficios notables para quienes regularicen montos menores a u$s 100.000. Entre los principales beneficios está la rápida disponibilidad de los fondos. Una vez completado el proceso de regularización, el contribuyente puede disponer de los fondos en menos de 24 horas, una rapidez que resulta especialmente atractiva para aquellos que necesitan liquidez inmediata.

Otro beneficio significativo es la posibilidad de utilizar estos fondos para otras operaciones sin incurrir en costos adicionales. La flexibilidad en el uso de los fondos permite a los pequeños contribuyentes emplear el dinero en inversiones, gasto personal o cualquier otra necesidad financiera, sin tener que preocuparse por penalizaciones o tarifas ocultas por el movimiento de capital. Esta característica no solo proporciona tranquilidad, sino que también facilita la planificación financiera a corto y mediano plazo.

El proceso de presentación de documentación es otro aspecto que hace que el blanqueo sea atractivo para los pequeños contribuyentes. A diferencia de procesos burocráticos más complejos, la documentación requerida para operaciones certificadas es relativamente sencilla y el procedimiento está diseñado para ser directo y comprensible. Esta simplificación no solo ahorra tiempo, sino que también reduce la carga administrativa y el estrés asociado con la presentación de la documentación necesaria.

En conjunto, la rápida disponibilidad de los fondos, la posibilidad de utilizarlos sin costos adicionales y el proceso simplificado de documentación son factores que hacen del blanqueo una opción altamente atractiva para pequeños contribuyentes. Estos beneficios no solo facilitan el acceso a capital y la gestión de recursos, sino que también proporcionan una solución efectiva para quienes buscan regularizar su situación financiera con mínimos inconvenientes.

El blanqueo de bienes y efectivo ofrece a los contribuyentes una serie de garantías que buscan fomentar la regularización de activos hasta un monto de u$s 100.000, con incentivos dirigidos especialmente a quienes manejen sumas bajas. Uno de los mecanismos más destacados es el denominado “tapón fiscal”. Este concepto implica que, si los activos no declarados que se desean regularizar no superan el 10% del total de los bienes registrados después del blanqueo, el fisco no podrá reclamar pagos por impuestos atrasados ligados a esos activos no declarados. En otras palabras, este tapón fiscal actúa como una protección que limita la facultad del fisco para reclamar pagos retroactivos por bienes que no fueron oportunamente informados.

Esta normativa es particularmente beneficiosa para los pequeños contribuyentes, quienes pueden regularizar sus bienes y efectivo con la certeza de que no enfrentarán consecuencias fiscales adversas por su omisión previa, siempre y cuando el monto no supere los límites establecidos. Este régimen también establece otras garantías importantes. Por ejemplo, quienes se adhieran al blanqueo no serán sometidos a ningún tipo de penalización y se les otorgará una evidente protección jurídica, además de la exención de ciertos tributos y sanciones que podrían haber tenido lugar por la falta de declaración en su momento.

Asimismo, el blanqueo ofrece un entorno seguro y controlado para la formalización de ahorros y activos. Al operar bajo esta normativa, los contribuyentes pueden reintegrar sus bienes a la economía formal, lo que les permite acceder a beneficios adicionales como el financiamiento bancario o la posibilidad de invertir de manera regulada en distintos instrumentos financieros. El incentivo de proporcionar distintos beneficios fiscales y jurídicos tiene como fin último motiva a los ciudadanos a regularizar sus ahorros y activos, favoreciendo así la transparencia y la consolidación del sistema tributario.

La implementación del blanqueo para quienes regularicen montos inferiores a u$s 100.000 trae consigo diversas consideraciones y aclaraciones que es crucial tener en cuenta. Un aspecto importante a destacar es la posibilidad de dividir el proceso de blanqueo entre miembros de un mismo grupo familiar, especialmente cuando se trata de efectivo. Esta práctica permite que cada miembro declare una parte del monto total, optimizando así la regularización fiscal a nivel familiar.

No obstante, esta divisibilidad no aplica de igual manera cuando se trata de bienes. La naturaleza de los bienes, ya sean inmuebles o muebles registrables, no permite una fraccionamiento simple para su declaración por varios miembros de la familia. Esto se debe a la indivisibilidad intrínseca de estos activos, lo cual podría complicar la distribución equitativa entre los declarantes familiares.

Además, hay que tener presente cómo el monto declarado puede influir en la base imponible del impuesto sobre los bienes personales. Para los pequeños contribuyentes, el monto regularizado se incorpora a su patrimonio y puede ser considerado para el cálculo de dicho impuesto. En este contexto, cobran relevancia los ajustes por inflación y a los nuevos límites establecidos hasta agosto de 2023. Estos ajustes permiten una actualización de los valores patrimoniales, alineándolos con la realidad económica y evitando sobreestimaciones en la carga impositiva.

De esta manera, las autoridades fiscales buscan que la regularización sea más equitativa y ajustada a la capacidad contributiva real del contribuyente. La medida contribuye al objetivo de la administración tributaria de incrementar la transparencia y formalización de la economía, garantizando que el blanqueo sea una herramienta accesible y justa para todos los ciudadanos.

Qué pasa con los fondos en el exterior

En el caso de blanquear fondos del exterior, Piedad Ortiz, economista jefe de Wise Capital, dijo que “si se dejan los fondos del blanqueo afuera, se paga el impuesto sobre el total, es decir, entendemos que solo es excluido el importe en efectivo de la base imponible al depositar los fondos en una cuenta especial de regularización”.

Ortiz enfatizó en lo ideal es tratarlo con un contador para evitar penalidades evitables y citó que la reglamentación menciona que el “dinero en efectivo en el exterior (artículo 25.2 inciso a), el monto regularizado deberá ser depositado en una entidad bancaria del exterior y podrá ser transferido a una Cuenta Especial de Regularización de Activos o Cuenta Comitente Especial de Regularización de Activos a fin de que apliquen los beneficios previstos en el artículo 33. Dicha transferencia deberá ser realizada dentro de los plazos que fije la reglamentación”.

Ghirardotti detalló que, en el caso de no superar los u$s100.000, es igualmente válido mantenerlos en el exterior y concretar una operación. “Si tenes una cuenta en el exterior de u$s 90.000, no tenes nada que pagar. Pero supongamos que tenes u$s 200.000 en dólares e inversiones, se pueden liquidar y girar para entrar en el blanqueo de efectivo a través de la cuenta especial”.

El tributarista además aclaró que, en caso de superar los u$s100.000 en el exterior y no querer girarlos a Argentina, el 5% de la alícuota se paga sobre el excedente.

Mora además agregó que a efectos de blanquear, el requisito es depositar el efectivo en una cuenta en el exterior antes del 30 de septiembre y existe la posibilidad de repatriarlo como opción.

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