En la región del chaco semiárido se encuentran más del 80 % de las vacas de la provincia de Salta. La producción bovina de cría es la base de la economía de muchas familias rurales de la región, por ello, el efecto de la sequía no solo tiene impactos productivos y ambientales, sino que también afecta a la tasa de empleo para los pequeños y medianos productores.
Consecuencias de la sequía en la producción ganadera
Frente a la posibilidad de que las temporadas secas se sucedan con mayor frecuencia, el grupo de innovación en sistemas ganaderos del INTA Salta reflexiona sobre las consecuencias de la sequía. Uno de los principales problemas es que la producción de forrajes puede fluctuar hasta un 30 % entre años de precipitaciones normales y escasas. Los efectos de las sequías se transmiten en forma de cascada en los sistemas ganaderos de cría: primero cae la producción primaria de las pasturas, se reduce la biomasa disponible, disminuye el consumo de alimento y hay pérdida de condición corporal, resultando en una baja performance reproductiva y menos terneros en los años siguientes.
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Estrategias para enfrentar las sequías
Para estar preparados ante posibles eventos de sequía, es crucial evaluar la carga animal en función de la oferta forrajera disponible. Una de las estrategias recomendadas es la utilización de una carga animal conservadora, que proporcionará mayores ingresos con menos riesgos. En regiones propensas a sequías, el rodeo de reproductores debería representar entre el 50 % y el 70 % de la capacidad total de carga del establecimiento. Otra estrategia es manejar una carga flexible conforme a la oferta forrajera existente, lo que implica mantener una proporción mayor de animales de recría para amortiguar los efectos en años secos. Decidir vender o descargar en el momento correcto también es crucial en un ambiente con alta variabilidad.