Antes de sembrar pasturas megatérmicas, es fundamental conocer los aspectos relacionados con el suelo, el relieve y las precipitaciones. La investigadora del INTA Quimilí, Úrsula Wolf, subraya la importancia de realizar un análisis físico-químico de los primeros 30 centímetros del perfil del suelo. Este análisis permite identificar limitantes de fertilidad y posibles restricciones físicas, esenciales para una correcta implantación.
La calidad de las semillas es crucial para el éxito de la siembra. Es importante utilizar semillas de buena pureza, vigor y capacidad germinativa. Además, se recomienda realizar una prueba de germinación antes de la siembra para ajustar la cantidad de semillas por hectárea. Según Wolf, la elección del momento de siembra debe coincidir con condiciones adecuadas de humedad y temperatura, así como con la presencia de precipitaciones estacionales próximas y abundantes.
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Javier Reinaldi, ingeniero del INTA Quimilí, destaca la importancia de considerar las condiciones de cobertura herbácea, arbustiva y arbórea, y la disponibilidad de maquinaria. Herramientas pesadas como el rolo o las rastras pueden ser útiles para preparar el terreno, mientras que sembradoras de directa permiten una mínima remoción del suelo. Es esencial ajustar correctamente la densidad de siembra y controlar la caída de semillas para evitar problemas durante la germinación.
La siembra de pasturas megatérmicas debe planificarse teniendo en cuenta las condiciones climáticas y temporales. En regiones como el Chaco semiárido, donde las lluvias son erráticas, las siembras de primavera pueden enfrentar mayores riesgos pero también ofrecen la oportunidad de utilizar la pastura lograda en la misma estación de crecimiento. Por otro lado, la siembra de fines de verano mejora las condiciones ambientales para la semilla, aunque el primer aprovechamiento de la pastura será en la siguiente estación de crecimiento debido al descenso de las temperaturas.