Innovaciones en trigo: edición genética para granos más grandes

Gracias a la edición genética vegetal, un equipo de especialistas trabaja en el desarrollo de nuevas variedades de trigo con granos más grandes, en comparación con las plantas tradicionales. Luego de la secuenciación e interpretación de un segmento del genoma del trigo, resultados preliminares mostraron el éxito de las pruebas. Se espera que, en los próximos años, se puedan inscribir como nuevos cultivares y que estén disponibles para los productores.

Conocida como la técnica de biotecnología moderna que permite hacer modificaciones muy precisas sobre el ADN, la edición genética se está usando para mejorar las características de los cultivos. En este caso, un equipo de investigación integrado por especialistas del Instituto de Genética y de la Estación Experimental Agropecuaria Marcos Juárez, Córdoba, del INTA, utilizó las tijeras moleculares llamadas CRISPR/Cas9 para editar la secuencia del gen GW2, cuya función interviene en la determinación del tamaño de los granos.

Los materiales resultantes de este trabajo no serán considerados como organismos genéticamente modificados (OGM) y podrán ser manejados como materiales obtenidos por mejoramiento convencional. Ezequiel Bossio, referente del laboratorio de transformación genética vegetal del INTA, señaló que uno de los aspectos más importantes en la edición genética es la confirmación de que la modificación fue realizada en el sitio previsto y que puede transmitirse de generación en generación.


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Con este nuevo enfoque se buscan mejoras agronómicas demandadas por los productores, que solo son factibles de lograr mediante biotecnología moderna. El proceso completo de desarrollo de estas plantas de trigo fue realizado en laboratorios de INTA. A diferencia de estudios anteriores, lo que el desarrollo propone es interrumpir específicamente la función del gen GW2.

Micol Auteri, becaria doctoral, explicó: “Estos vectores se introdujeron en el genoma de las células de trigo mediante bombardeo de micropartículas. Posteriormente, a través del cultivo in vitro de estas células, se logró regenerar plantas viables que fueron cultivadas en cámaras de cría”. Para este resultado se trabajó sobre los dos últimos cultivares de trigo inscriptos por el programa de mejoramiento de INTA.

En el mediano y corto plazo, queda por realizar los ensayos agronómicos comparativos para cuantificar el impacto sobre el rendimiento que tendrá la edición realizada. Este trabajo comenzará a partir de junio, con la campaña de trigo 24-25.

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