El Agro quedó afuera del RIGI y va por el RIDA para incentivar las inversiones

El Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI) ha sido recientemente aprobado en Argentina, marcando un hito significativo en la política económica del país. Este régimen, promovido por el poder ejecutivo, tiene como objetivo atraer y consolidar inversiones de gran escala mediante la oferta de beneficios económicos y fiscales. Para calificar bajo este régimen, los proyectos de inversión deben superar un umbral de 200 millones de dólares, lo que asegura que solo las inversiones de magnitud considerable sean elegibles.

El RIGI está diseñado para impulsar sectores estratégicos como el forestoindustrial, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas. Estos sectores fueron seleccionados por su capacidad de generar empleo, fomentar el desarrollo tecnológico y contribuir al crecimiento económico sostenible del país. Sin embargo, esta selección ha dejado al sector agroindustrial fuera del alcance de los beneficios del RIGI, lo que ha generado inquietud y debate entre los actores de la agroindustria.

La exclusión del sector agroindustrial del RIGI ha sido un punto de controversia, especialmente considerando la importancia histórica y económica del agro en Argentina. A pesar de su exclusión, el sector agroindustrial sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la economía argentina, con un impacto significativo en las exportaciones y en la generación de empleo en las zonas rurales. La falta de incentivos específicos para este sector en el RIGI ha llevado a los líderes agroindustriales a abogar por un régimen similar que atienda las necesidades y potencialidades de la agroindustria.

En este contexto, la aprobación del RIGI ha reavivado el debate sobre la necesidad de crear un Régimen de Incentivo Diferenciado para el Agro (RIDA), que pueda ofrecer beneficios comparables a los proyectos agroindustriales de gran envergadura. La discusión se centra en cómo diseñar un régimen que, sin duplicar los esfuerzos ya realizados, pueda complementar el RIGI y proporcionar el apoyo necesario para que la agroindustria continúe siendo un motor clave del desarrollo económico argentino.

El papel del Consejo Agroindustrial y la propuesta del RIDA

El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) ha desempeñado un rol crucial en la creación de políticas destinadas a fomentar las inversiones en el sector agroindustrial. Recientemente, el CAA ha diseñado una propuesta llamada Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA), que busca llenar el vacío dejado por el Régimen de Incentivo a la Generación de Inversiones (RIGI), el cual no contemplaba las particularidades del sector agroindustrial.

El RIDA tiene como objetivos primordiales incrementar la inversión y el empleo en las cadenas agroindustriales, un sector vital para la economía argentina. Mediante este régimen, se espera no solo aumentar la producción y competitividad de la agroindustria, sino también aprovechar de manera integral la biomasa y transformarla en bioproductos de alto valor agregado. Este enfoque en la biomasa no solo responde a una estrategia de sostenibilidad, sino que también tiene el potencial de generar productos innovadores y rentables.

Asimismo, el RIDA busca potenciar la producción de alimentos listos para consumir, lo que podría abrir nuevas oportunidades en mercados tanto nacionales como internacionales. La propuesta también incluye el impulso a los productos agroforestales, las tecnologías y los servicios especializados para el agro, áreas que presentan un alto potencial de crecimiento y desarrollo. Estas iniciativas no solo buscan generar valor añadido a la producción primaria, sino que también pretenden diversificar la oferta y mejorar la competitividad del sector.

El Consejo Agroindustrial Argentino considera que el RIDA es una herramienta indispensable para el desarrollo integral del sector agroindustrial, ya que promueve inversiones estratégicas y genera oportunidades de empleo de calidad. La implementación de este régimen podría ser un paso importante hacia un futuro más próspero y sostenible para la agroindustria argentina.

Desde la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y otras entidades que forman la mesa de enlace, se ha manifestado un fuerte apoyo al proyecto del Régimen de Incentivo a las Inversiones Agroindustriales (RIDA). Estas organizaciones han subrayado la relevancia de dicho proyecto para el crecimiento del sector agroindustrial en el interior de Argentina. En una reciente reunión, el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, junto a consejeros de distintas economías regionales, se encontraron con los diputados Atilio Benedetti y Miguel Pichetto, quienes han trabajado arduamente en la elaboración del proyecto del RIDA.

Durante estos encuentros, se discutieron y mejoraron varios aspectos clave del RIDA, con el objetivo de asegurar que el proyecto responda adecuadamente a las necesidades del sector agroindustrial. Laucirica y los consejeros de Coninagro enfatizaron la necesidad de que el proyecto reciba el apoyo legislativo necesario para convertirse en una herramienta efectiva que fomente las inversiones en el campo argentino. Este respaldo resulta crucial para que las inversiones no solo se concentren en las áreas urbanas, sino que también lleguen a las zonas rurales, promoviendo así un desarrollo más equilibrado y sostenible.

El apoyo de Coninagro y otras entidades de la mesa de enlace no se limita a la promoción del RIDA. Estas organizaciones también destacaron la importancia de contar con un marco normativo que genere confianza entre los inversores nacionales e internacionales. Un entorno legislativo sólido y favorable es esencial para atraer capital y tecnología, factores que son determinantes para la modernización y competitividad del sector agroindustrial argentino.

En resumen, el compromiso de Coninagro y la mesa de enlace con el proyecto del RIDA refleja una visión compartida sobre la necesidad de impulsar las inversiones en el agro. Estas inversiones no solo contribuirán al crecimiento económico del país, sino que también mejorarán la calidad de vida en las comunidades rurales, generando empleo y oportunidades de desarrollo a largo plazo.


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Perspectivas y objetivos del RIDA

El Régimen de Incentivo al Desarrollo Agroindustrial (RIDA), presentado ante el Congreso por los diputados Benedetti y Pichetto, cuenta con el apoyo de una veintena de legisladores de múltiples partidos. Este régimen tiene como principal objetivo fomentar el incremento de la inversión y el empleo en el sector agroindustrial, un pilar fundamental para la economía rural y nacional. La propuesta del RIDA se centra en varios aspectos clave para impulsar el crecimiento y la competitividad de las cadenas agroindustriales.

Uno de los objetivos primordiales del RIDA es el aprovechamiento integral de la biomasa, un recurso abundante en el sector agroindustrial. Mediante la transformación de esta biomasa en bioproductos de alto valor agregado, se busca no solo añadir valor a los productos agroindustriales, sino también diversificar la oferta de productos con mayor demanda en el mercado global. Este enfoque en bioproductos puede abrir nuevas oportunidades de exportación y fortalecer la posición competitiva del país en el ámbito internacional.

Además, el RIDA pretende potenciar la producción de alimentos listos para consumir, una tendencia creciente en el mercado que responde a las necesidades de los consumidores modernos. Al fomentar la elaboración de estos productos, se puede generar un impacto positivo tanto en la industria alimentaria como en la cadena de suministro, incrementando la eficiencia y la capacidad de respuesta del sector ante las demandas del mercado.

El desarrollo de tecnologías y servicios para el agro es otro de los pilares del RIDA. La innovación tecnológica es crucial para mejorar la productividad y sostenibilidad de las actividades agroindustriales. A través del apoyo a la investigación y desarrollo, el régimen busca promover la adopción de prácticas agrícolas más eficientes y sostenibles, lo que podría traducirse en beneficios económicos y ambientales significativos.

En conjunto, las perspectivas y objetivos del RIDA apuntan a generar un impacto positivo en la economía rural y nacional, fortaleciendo el sector agroindustrial y promoviendo un desarrollo más equilibrado y sostenible.

Un plan para más inversiones agroindustriales

En concreto, la iniciativa consta de 18 artículos, que de manera resumida plantean los siguientes aspectos:

Plazo

El régimen de inversiones regiría por tres años, con la posibilidad por parte del Poder Ejecutivo de extenderlo por hasta dos años más.

Beneficiarios

Sujetos comprendidos en los incisos a, b, c y d del artículo 53 de la Ley de Impuesto a las Ganancias, texto ordenado en 2019 y sus modificaciones, en la medida en que las inversiones y gastos sujetos a los beneficios que por se establecen por este régimen se destinen a alguna actividad económica del campo o la agroindustria.

Incrementalidad

Para poder acceder a los beneficios de este plan, los interesados deberán acreditar el incremento de al menos uno de los siguientes indicadores:

  • a) Volumen de ventas
  • b) Volumen de producción física
  • c) Volumen de exportaciones físicas
  • d) Cantidad de personal ocupado
  • e) Inversiones realizadas

En el caso de empresas nuevas, podrán acceder a los beneficios tomando de inicio el capital invertido y luego deberán acreditar el incremento de al menos uno de los indicadores mencionados, cada dos ejercicios fiscales del Impuesto a las Ganancias.

En tanto, para el caso de plantaciones perennes, el plazo de la acreditación de la incrementalidad será establecido por la Autoridad de Aplicación teniendo en cuenta el período entre la implantación del cultivo y la entrada en producción comercial.

Amortización acelerada

Los beneficiarios podrán acceder a una amortización acelerada por todas aquellas inversiones necesarias para generar, mantener o conservar la ganancia sujeta a impuesto, según el siguiente detalle:

  • a) Para inversiones realizadas en bienes muebles nuevos y/o usados amortizables– excluidos automóviles- adquiridos, elaborados o fabricados que impacten positivamente sobre el conjunto del entramado productivo local: en DOS (2) cuotas anuales, iguales y consecutivas.
  • b) Para inversiones realizadas en bienes semovientes amortizablesen DOS (2) cuotas anuales, iguales y consecutivas.
  • c) En el caso de las economías regionales, para inversiones y mejoras en plantaciones perennes, en DOS (2) cuotas anuales, iguales y consecutivas.
  • d) Para inversiones en mejoras del predio agroindustrial, tales como molinos, bebederos, aguadas, alambrados, mangas, movimientos de tierra, perforaciones y reservorios de agua, entre otros; incluyendo la construcción de viviendas dentro del establecimiento agroindustrial, destinada exclusivamente al personal rural que trabaja y vive en el mismo, será de DOS (2) cuotas anuales, iguales y consecutivas.
  • e) Para inversiones en construcciones e infraestructura -excluidas viviendas-, cuyos beneficiarios se encuadren en las categorías MiPyMEhasta pequeña empresa agropecuaria y de industria, conforme las definiciones de la Ley 24.467 y sus modificatorias, en DOS (2) cuotas anuales, iguales y consecutivas.
  • f) Para inversiones en construcciones y de infraestructura -excluidas viviendas- para el resto de los beneficiarios no incluidos en el punto e)del presente artículo, como mínimo en la cantidad de cuotas anuales, iguales y consecutivas que surja de considerar su vida útil reducida al CINCUENTA POR CIENTO (50 %) de la estimada.

Valuación de la hacienda

Los beneficiarios que cumplan con los requisitos del Régimen y resulten titulares de establecimientos de invernada y/o engorde a corral, podrán optar por valuar sus existencias por los métodos descriptos en los incisos a) o b) del artículo 57 de la Ley del Impuesto a las Ganancias, dependiendo del tipo de hacienda de que se trate.

Para calcular la valuación de las “vaquillonas” y los “novillos”, los contribuyentes podrán usar los índices de relación contenidos en las tablas anexas a la Ley N° 23.079, para todas las “vaquillonas”, el correspondiente a “vaquillona de uno a dos años” y para todos los “novillos”, el de “novillo de uno a dos años”, de acuerdo a la categoría de que se trate. Dicha opción resultará procedente para los ejercicios fiscales que se inicien a partir de la entrada en vigor de la Ley.

Promoción agroindustrial

Por otro lado, “con el objetivo de incrementar la producción agroindustrial, las exportaciones y conservar el capital natural del suelo”, el proyecto normativo también establece la creación de “un sistema de Promoción Agroindustrial para la Producción Sostenible, que fomente la sustentabilidad, la mejora en la calidad de los productos, tales como las buenas prácticas agropecuarias y frutihortícolas, de manufactura, ambientales, de triple impacto, certificaciones oficiales de calidad y las medidas de adaptación al cambio climático”.

Esto estará basado en cuatro ejes de promoción:

  • a) Incremento del uso de semilla fiscalizadade especies autógamas de producción nacional, debidamente aprobadas por el INASE
  • b) Estímulo a la producción sustentablea través de la promoción del uso de bioinsumos, fertilizantes y otro tipo de insumos debidamente registrados y autorizados por la autoridad competente.
  • c) Incremento de la productividad de la ganaderíaextensiva e intensiva.
  • d) Adopción de sistemas de gestión de calidad, inocuidad, de triple impacto y de certificaciones oficiales.

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