El fenómeno La Niña ya se hace notar en Argentina

El fenómeno La Niña ya se hace notar en Argentina

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha publicado su pronóstico climático trimestral para el período de julio a septiembre de 2024, arrojando luz sobre el retorno del fenómeno de La Niña. Este evento climático se caracteriza por un descenso de las temperaturas superficiales del océano Pacífico ecuatorial, lo que a su vez influye en los patrones climáticos a nivel global. Argentina no es la excepción, y los efectos de La Niña ya comienzan a anticiparse en diversas regiones del país.

El análisis del SMN indica que, con la excepción del Noroeste Argentino (NOA), se espera un déficit de lluvias en casi todas las regiones. En el centro y norte de la Patagonia, así como en la franja central y el norte del país, las precipitaciones se mantendrán en niveles normales o por debajo de lo normal. Este patrón seco se extiende también al norte del Litoral y al sur de la Patagonia, donde se prevé un régimen de lluvias aún más bajo de lo habitual, exacerbando las condiciones de sequía en estas áreas.

La influencia de La Niña no se limita únicamente al régimen de precipitaciones. Las temperaturas también experimentarán variaciones que pueden impactar significativamente la agricultura, la disponibilidad de agua y la gestión de recursos hídricos en general. Las autoridades y los sectores productivos deben prepararse para enfrentar un escenario climático más riguroso, implementando medidas de mitigación y adaptabilidad ante la posible escasez de agua y las condiciones adversas que La Niña podría traer consigo.

En resumen, el retorno de La Niña según los pronósticos del SMN subraya la importancia de estar preparados para enfrentar sus efectos. La planificación y la gestión adecuada de los recursos serán cruciales para mitigar los impactos climáticos y garantizar la resiliencia de las comunidades afectadas. La vigilancia continua y la adaptación proactiva se presentan como las mejores estrategias frente a este fenómeno climático recurrente.


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Impacto en la agricultura: informe de Eduardo Sierra

Eduardo Sierra, un reconocido especialista en agroclimatología, ha presentado un informe detallado a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el que analiza las perspectivas agroclimáticas para la campaña agrícola 2024/25. Según Sierra, las precipitaciones recientes son consecuencia de la persistencia tardía de El Niño, lo que ha resultado favorable para la siembra fina. Sin embargo, la situación climática para la próxima campaña presenta desafíos significativos.

Sierra destaca que la campaña agrícola 2024/25 podría comenzar con un fenómeno de signo negativo, posiblemente un estado ‘neutral frío’ o incluso una ‘La Niña’. La mayoría de los centros científicos internacionales, que monitorean las anomalías térmicas del Pacífico ecuatorial, apoyan esta previsión. Estas anomalías térmicas son un indicador clave para determinar la probabilidad y la intensidad de fenómenos climáticos como La Niña.

Aunque la tendencia hacia un episodio de La Niña parece firme, aún no es posible evaluar con certeza su intensidad. Esto tiene implicaciones directas para la agricultura en Argentina, ya que un fenómeno de La Niña generalmente se asocia con condiciones más secas y frías, lo que podría afectar negativamente el rendimiento de los cultivos. Los agricultores y las autoridades deben estar preparados para adaptar sus estrategias de siembra y manejo de recursos hídricos a estas condiciones potencialmente adversas.

En conclusión, el informe de Eduardo Sierra subraya la importancia de monitorear de cerca las condiciones climáticas y estar preparados para un escenario de La Niña que podría impactar de manera significativa la agricultura en Argentina durante el invierno 2024/25. La adaptación y la planificación serán esenciales para mitigar los posibles efectos negativos de este fenómeno climático.

Proyecciones climáticas para el ciclo 2024/25

El análisis de las proyecciones climáticas para el ciclo 2024/25 revela un panorama complejo y variado. En el invierno, el avance del episodio frío de La Niña continuará marcando la pauta, con precipitaciones por debajo de lo normal en la mayor parte del área agrícola del Cono Sur. Esta tendencia hacia condiciones secas será particularmente notable en regiones clave para la producción agrícola, afectando potencialmente la disponibilidad de agua para cultivos y ganado.

Las heladas serán un factor crítico durante el invierno y el inicio de la primavera, con una intensidad que podría superar la media histórica. Estas condiciones extremas de frío podrían tener repercusiones significativas en la agricultura, especialmente en cultivos sensibles como frutas y hortalizas, que son vulnerables a las bajas temperaturas.

Al avanzar hacia la primavera, se espera una moderación en la intensidad del episodio frío. Sin embargo, las condiciones climáticas seguirán siendo dispares. En algunas regiones, como el Noroeste Argentino (NOA) y el norte de la Patagonia, las lluvias estarán por encima de lo normal, beneficiando el crecimiento de cultivos y la recarga de acuíferos. Contrariamente, áreas como el Chaco y el centro de la región pampeana enfrentarán sequías, lo que podría agravar problemas de estrés hídrico y afectar negativamente la producción agrícola.

Durante el verano, el fenómeno de La Niña mostrará una alternancia entre zonas con registros de precipitación moderadamente superiores e inferiores a lo normal. Esta variabilidad climática hará que algunas áreas experimenten condiciones favorables para la agricultura, mientras que otras podrían enfrentarse a desafíos relacionados con la sequía o el exceso de lluvias. En conclusión, los productores y las autoridades deberán estar atentos a estas proyecciones climáticas para planificar y mitigar los posibles impactos en el ciclo 2024/25.

Recomendaciones y consideraciones para la campaña agrícola

El informe de Eduardo Sierra subraya la importancia de abordar la campaña agrícola 2024/2025 con un enfoque realista y prudente. Aunque la intensidad del episodio frío se proyecta más cercana a un ‘neutral frío’ que a una La Niña plenamente desarrollada, es vital que los productores agrícolas planifiquen sus actividades con una mentalidad adaptativa. La moderación del enfriamiento del Pacífico ecuatorial ha reducido la amenaza inicial, pero no elimina la posibilidad de impactos negativos.

Para mitigar los posibles efectos adversos del fenómeno, se recomienda implementar estrategias agrícolas flexibles. Los productores deben estar preparados para ajustar sus prácticas según las condiciones climáticas previstas. Por ejemplo, la diversificación de cultivos puede ser una medida eficaz para reducir riesgos. Incluir variedades que sean más resistentes a las fluctuaciones climáticas puede proporcionar una capa adicional de seguridad.

Asimismo, es aconsejable monitorear constantemente las previsiones meteorológicas y adaptar las decisiones de siembra y cosecha en consecuencia. La inversión en tecnologías de riego eficientes y sistemas de drenaje adecuados también puede ser crucial para manejar tanto déficits como excesos de precipitación. Además, la utilización de técnicas de conservación del suelo, como el uso de coberturas vegetales y la rotación de cultivos, puede ayudar a mantener la productividad del suelo en condiciones climáticas variables.

La cooperación y el intercambio de información entre agricultores, investigadores y autoridades agrícolas serán fundamentales para enfrentar los desafíos que puedan surgir. Los programas de asistencia técnica y las plataformas de información meteorológica pueden proporcionar datos valiosos y actualizados, facilitando una toma de decisiones más informada.

En resumen, aunque el próximo invierno presenta un escenario menos severo que una La Niña plena, la planificación cuidadosa y la adaptabilidad serán clave para el éxito de la campaña agrícola 2024/2025. La preparación y la flexibilidad permitirán a los productores enfrentar los retos climáticos con mayor resiliencia y asegurar la sostenibilidad de sus operaciones agrícolas.

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