En la campaña de trigo 2024/25, alcanzar una productividad de más de 50 quintales por hectárea (qq/ha) se ha convertido en un objetivo prioritario. Para lograr esta ambiciosa meta, uno de los enfoques principales ha sido incrementar significativamente las dosis de fertilización. Tradicionalmente, la fertilización con urea rondaba los 150 kg/ha, pero en la búsqueda de mayores rendimientos, estas dosis se han incrementado a un rango de entre 200 y 250 kg/ha.
Particularmente en regiones como el norte bonaerense, se ha observado una aplicación intensiva de nitrógeno, superando los 180 kg/ha. Esta estrategia no solo busca alcanzar sino también superar el rendimiento potencial de 60 qq/ha. El nitrógeno es crucial para el desarrollo del trigo, ya que promueve el crecimiento vegetativo y el desarrollo de los granos, aspectos esenciales para maximizar la producción.
Además del aumento en la dosis de nitrógeno, se ha intensificado la aplicación de fósforo. Este nutriente es fundamental para el desarrollo radicular y la floración, aspectos que influyen directamente en el rendimiento del cultivo. La combinación de nitrógeno y fósforo crea un entorno óptimo para el crecimiento del trigo, garantizando una mayor absorción de nutrientes y, por ende, una mejor producción.
La incorporación de micronutrientes como el zinc también ha ganado relevancia en esta campaña. Estos elementos, aunque requeridos en menores cantidades, desempeñan roles vitales en el metabolismo de la planta y en la resistencia a enfermedades. La correcta suplementación con zinc, junto con otros micronutrientes, contribuye a fortalecer las condiciones del suelo, potenciando así el rendimiento global del cultivo.
En resumen, el aumento de la dosis de fertilización en la campaña de trigo 2024/25 representa un salto significativo en la búsqueda de mayores rendimientos. La combinación de mayores cantidades de urea, fósforo y micronutrientes como el zinc está diseñada para superar los desafíos actuales y alcanzar la meta de más de 50 qq/ha, posicionando a esta campaña como un punto de inflexión en la productividad del trigo.
En la última semana, la siembra de trigo ha registrado un avance notable, alcanzando el 40% de la superficie proyectada para esta campaña. Este fenómeno se explica a través de lo que se denomina ‘efecto cascada y contagio’. El entusiasmo y los buenos resultados obtenidos por algunos productores están motivando a otros a seguir el mismo camino, generando una expansión acelerada de la superficie sembrada.
La región núcleo, en particular, ha experimentado un aumento significativo en la intención triguera, pasando del 10 al 15%. Este incremento ha consolidado una superficie sembrada de 1,21 millones de hectáreas, reflejando una tendencia positiva que responde a varios factores clave.
En primer lugar, las condiciones hídricas favorables han sido fundamentales para este crecimiento. Las lluvias recientes han mejorado la humedad del suelo, proporcionando un entorno óptimo para la germinación y el desarrollo inicial del trigo. Esto ha generado una mayor confianza entre los productores, quienes ven en estas condiciones una oportunidad para maximizar los rendimientos.
Además, la adopción de tecnologías avanzadas en fertilización ha jugado un papel crucial en esta expansión. Los nuevos métodos y productos permiten una nutrición más eficiente y precisa del cultivo, lo que contribuye a un mejor desarrollo de las plantas y, en última instancia, a mayores rendimientos. La tecnología agrícola moderna está ayudando a los productores a optimizar cada etapa del proceso de cultivo, desde la siembra hasta la cosecha.
El ‘efecto cascada y contagio’ no solo está impulsado por las condiciones externas y las innovaciones tecnológicas, sino también por la comunicación efectiva entre los productores. La difusión de experiencias exitosas y la colaboración entre agricultores están fortaleciendo esta tendencia, creando una comunidad agrícola más unida y proactiva.
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Condiciones climáticas y calendario de siembra
Las condiciones climáticas desempeñan un papel crucial en la campaña de trigo. Este año, a diferencia del anterior, cuando la región enfrentaba una marcada escasez hídrica, las condiciones son más favorables para el cultivo. Sin embargo, el calendario de siembra ha tenido que ajustarse estratégicamente para evitar las heladas tardías que podrían afectar el desarrollo de las plantas en sus primeras etapas.
En áreas como el centro-sur santafecino y el sureste cordobés, el avance de la siembra ha sido notable, alcanzando el 80% y el 40% respectivamente. Estas regiones han aprovechado las condiciones climáticas favorables y han logrado un progreso significativo en la siembra del trigo. No obstante, en otras regiones como el noreste y noroeste bonaerense, el avance es más lento, con apenas un 10% a 20% de la superficie sembrada. Esta disparidad se debe, en parte, a la variabilidad en las precipitaciones y la disponibilidad de humedad en el suelo.
Los técnicos del sector agrícola advierten que la falta de lluvias en la próxima semana podría tener consecuencias graves para algunos lotes, especialmente aquellos con malas rotaciones de cultivos. Sin la humedad necesaria, estos lotes podrían no ser aptos para la siembra, afectando así la productividad y el rendimiento esperado. La gestión del calendario de siembra es, por tanto, una herramienta clave para maximizar el potencial de la campaña de trigo, adaptándose a las condiciones climáticas cambiantes y optimizando los recursos disponibles.
En resumen, aunque este año presenta condiciones climáticas más favorables en comparación con el anterior, la planificación cuidadosa y la adaptación a las circunstancias locales siguen siendo esenciales. La capacidad para ajustar el calendario de siembra y responder a las señales meteorológicas será determinante para superar el desafío de alcanzar los 50 qq/ha en la producción de trigo.
Tecnología y estrategias para un año triguero Exitoso
En la actual campaña triguera, la implementación de tecnologías avanzadas y estrategias innovadoras está marcando la diferencia en la búsqueda de superar los 50 quintales por hectárea. Las dosis optimizadas de fertilizantes y la selección de mezclas enriquecidas con micronutrientes son dos pilares fundamentales para alcanzar este objetivo. La adaptación a las condiciones hídricas locales, que varían significativamente de una región a otra, también juega un papel crucial en el éxito de la producción de trigo.
En localidades como Carlos Pellegrini, los técnicos han identificado un conjunto de factores que prometen un año triguero excepcional. La genética avanzada de las semillas, junto con la calidad del suelo y una fertilización adecuada, están creando un entorno propicio para el desarrollo del cultivo. Para maximizar el rendimiento, se están utilizando variedades de trigo que ofrecen alta resistencia a enfermedades y plagas, lo que minimiza las pérdidas y optimiza la producción.
La siembra ya ha comenzado con gran ímpetu, aprovechando la humedad presente en el suelo. En los últimos siete días, se han implantado más de 360,000 hectáreas de trigo, lo que refleja el compromiso y la determinación de los productores. Esta acción temprana y bien planificada es esencial para garantizar que las plantas puedan establecerse firmemente y desarrollar un sistema radicular robusto, capaz de soportar las condiciones climáticas variables que puedan presentarse durante la temporada.
La fertilización juega un papel clave en este escenario. Las dosis de fertilizantes están siendo ajustadas meticulosamente para proporcionar los nutrientes necesarios en cada etapa del crecimiento del trigo. La inclusión de micronutrientes en las mezclas fertilizantes está diseñada para corregir cualquier deficiencia específica del suelo, asegurando un desarrollo saludable del cultivo. Este enfoque integral y tecnológicamente avanzado está orientado a superar los desafíos y a alcanzar un rendimiento récord en la campaña triguera de este año.
Fuente: BCR
