Con la siembra de granos gruesos poniéndose en marcha con algunos lotes de maíz, los pronósticos climáticos comienzan a dar nuevamente señales positivas. El Niño parece haberse fortalecido nuevamente y los especialistas vuelven a decir que será entre moderado y fuerte, en coincidencia con los cultivos de verano que comienzan a sembrarse. Así lo consignó en las últimas horas la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Justamente la GEA de la BCR alertaba hace apenas 1 mes que el fenómeno parecía debilitarse, pero ahora los forzantes tanto océanicos como atmosféricos parecen volver a jugar a favor de que haya un buen régimen de lluvias para la campaña 2023/2024. “Hace un mes se hablaba de debilitamiento y la intensidad había pasado de fuerte a moderada”, admitieron en la BCR.
El consultor Alfredo Elorriaga explicó que en “en los últimos 30 días el océano y la atmósfera se están acoplando y hay una firme tendencia de las variables que hacen efectivo el transporte de humedad adicional para que llegue desde el Pacífico al territorio argentino”, precisó.
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Octubre. Esta situación implica que hay un nuevo cambio de tendencia, a favor de las lluvias en la Argentina, tras la feroz sequía del ciclo 2022/2023. “La intensidad del fenómeno del Niño que se establecía como moderada, hace un mes, se proyecta que será entre moderada y fuerte, como se proyectaba en junio”, explico la GEA de la BCR. Estos factores permiten volver a esperanzarse: según Elorriaga, en octubre se podrían reactivar las lluvias, en plena siembra de maíz e inicio de la implantación de soja.
El consultor de la GEA agregó que “es muy importante que el productor sepa que este acoplamiento se va a traducir en que el agua llegaría antes de lo que proyectábamos hace un mes. El forzante (el Niño) se está volviendo más eficiente, y no solo que podría actuar antes, sino que se fortalecen las probabilidades de contar con lluvias por encima de lo normal durante la campaña gruesa argentina”, amplió.